El capital externo entra en un consejo muy criticado por la hipotética venta
∑Todos los grandes accionistas están representados tras una junta en la que entró Sevillistas Unidos 2020 y no se blindó el estadio ni la ciudad deportiva
Desde el primer minuto de la junta de accionistas se sabía que no iban a ser horas fáciles para la mesa del consejo de administración. Antes siquiera de que abriera fuego el presidente con su discurso, ya se encontró con lo que le iba a esperar durante toda la tarde noche: preguntas, peticiones y reclamaciones para que desde su consejo y su propia persona dejaran claro si los accionistas mayoritarios iban a atender a una futura venta de sus respectivos paquetes y, por ende, del control del Sevilla. Pitos y abucheos. Ya las declaraciones intermedias no cerraban la puerta. El presidente José Castro se afanó en repetir una y otra vez que «no hemos vendido nada», pero contrarrestaba poco después afirmando que «los accionistas mayoritarios tenemos los mismos derechos a vender que aquellos que ya lo han hecho».
Iba pasando casi de soslayo el tema. En cada punto del orden del día se utilizaba el turno de intervenciones para apelar a este asunto, y el mensaje era el mismo. Todo iba más o menos en esta línea hasta que Carolina Alés desató la tormenta en su intervención. «Nosotros somos libres y mi padre es libre de vender nuestro paquete. No vendemos el Sevilla, no vendemos la ciudad deportiva, vendemos nuestro paquete», frase que remató con un «¿por qué no compraron acciones? Ah, claro, no tienen dinero», que ciertamente sentó muy mal entre los pequeños accionistas. Luego, tanto ella como Castro, matizaron estas palabras.
De nada sirvió ya lo que Castro promulgó horas antes al declarar que «tengo que decir que los sevillistas tengan tranquilidad, nuestro grupo no ha vendido a nadie ni tiene ningún compromiso adquirido con nadie». Eran promesas baldías para un salón que estuvo en todo momento de uñas —cánticos de «el Sevilla no se vende»— con el máximo mandatario sevillista. Queda por ver hacia donde deriva esto, pero todo hace indicar que se está preparando el caldo de cultivo para el futuro desembarco de algún inversor externo en la entidad. Un capital que, obviamente, solo entraría para tener voz de mando en la entidad. El hecho de que Sevillistas Unidos 2020, sociedad con orígenes en Delaware, paraíso para la opacidad, haya entrado en el nuevo consejo, y que no se haya desvelado la persona que va a representarla en el mismo o que alguien se hubiera pronunciado en su nombre durante su confirmación en el punto del orden del día, deja muchas dudas para el futuro cercano.
Llamó también la atención la ausencia de uno de los grandes accionistas de la entidad, José María del Nido Benavente, representado por sus hijos José María y Miguel Ángel. Era extraño, sobre todo tras su beligerante intervención en la junta del año pasado. Uno de los momentos cumbres de la junta de accionistas llegó en su punto décimo del orden del día. La asamblea sometía a votación la propuesta de los accionistas minoritarios de aumentar
Rectificación La consejera Carolina Alés habló sin tapujos de la venta pero luego matizó sus palabras
al 75% en su primera convocatoria, y al 70% en su segunda convocatoria, la mayoría de votos necesaria para que se pueda transmitir, disponer o gravar el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán y la ciudad deportiva, con objeto de «proteger el patrimonio de los especuladores». También el darle prioridad al sevillista a la hora de la adquirir acciones sobre posible capital extranjero. Ambas fueron rechazadas.
Así pues, todo apunta a que el caldo de cultivo se ha creado para que un fuerte inversor acceda al club, ya que ninguno se ha comprometido a no vender en futuro su paquete. De hecho, Castro dijo que «mientras yo sea presidente del Sevilla no se van a vender ni la ciudad deportiva ni el estadio, y pienso seguir muchos años». Eso no contentó a un enfurecido salón, que dejó claro que la sombra de la venta del club va tomando cuerpo.
Presupuesto de 200 millones
En cuanto a números, los ingresos para la temporada 2018-2019 se reducirán, levemente, por el hecho de no participar en la Liga de Campeones. Se estima desde el consejo, en cualquier caso, que los ingresos totales superen este curso los 200 millones. Juan Luis Villanueva los fijó en 200,9 millones de euros, desglosados en 136,5 millones de cifra de negocios y unos beneficios por traspasos de futbolistas de 60 millones, más otros conceptos. La cifra de negocios del anterior ejercicio fue de 163,1 el curso pasado, con lo que la reducción se situaría en 27 millones aproximadamente.