«Dar un paso al lateral» está ahora de moda
Betis y Sevilla reacondicionaron a atacantes para que actúen de zagueros en las bandas: Francis, Tello, Jesús Navas, Vidal y Promes lo ejemplifican
LA crítica deportiva siempre ha sido muy permeable a modismos, a inventarse verbos (el horrible «campeonar», por ejemplo), a las metáforas, a los sinécdoques o a los símiles. Una frase que tuvo en su día gran auge fue esa de «dar un paso al lateral», como fórmula sustitutoria del poco elegante «quitarse de en medio». Desconozco a quien pertenece el copyright de la frase, pero se la adjudicaremos a Jorge Valdano, principal proveedor de novedades en la jerga futbolística. Ahora, podríamos decir, en interpretación libre, que el aserto cambió su significado: de expresar el deseo de dejar paso al que viene atrás, a testimoniar el reacomodamiento del profesional a un costado de la zaga. En el Betis y el Sevilla tenemos buenos y numerosos ejemplos de ello. En el club verdiblanco ha ocurrido con Francis y con Tello, a los que Quique Setién ha encontrado nueva utilidad cuando de fábrica venían programados para el ataque. Lo ha tenido más complicado en la adaptación el ex barcelonista, gran promesa atacante en cuantos equipos estuvo. Algo le faltó para triunfar arriba y ahora Setién lo ha rescatado para que explote su velocidad desde atrás. Francis, interior de origen, va afianzándose, entre carros y carrozones, a su nueva demarcación. El último en sumarse al colectivo de los reciclados ha sido el sevillista Quincy Promes. El holandés llegó como un multiusos ofensivo y al final donde está brillando es en el lateral derecho. De él habíamos dicho hace solo una semana que era un «nini» en el ataque blanco, porque no se le conocía actividad alguna más allá de echar el balón para atrás: ni estudiaba como rendir, ni diseñaba una mísera jugada, ni trabajaba. Lo curioso del caso es que Promes sustituía a dos lesionados que tampoco son específicamente laterales, caso de Jesús Navas y de Aleix Vidal: uno, extremo puro; otro, interior. Y a la luz de esta evidencia habría que preguntarse cuántos chicos de las canteras no llegarán a ganarse la vida como profesionales, ahorrando de paso un gran dinero a los clubes, por no ser probados en puestos de batalla cuando se evidenció que no serían jugadores de élite en la dirección, intendencia del gol o remate.