ABC (Sevilla)

EN VOX BAJA

«Lo verdaderam­ente importante viene ahora. Ya me lo decía mi madre. Ten cuidado con los sueños, porque al final se cumplen»

- FRANCISCO ROBLES

ÉRAMOS cuatro gatos. Repite la frase continuame­nte. Fuera, un sol enfría la luz de enero con sus rayos bajos, tímidos, bellísimos en las sombras alargadas de las farolas que tiritarán por la noche en la soledad de las calles. Éramos cuatro gatos, y no nos creíamos los doce diputados que nos anunciaron en aquella habitación de hotel cuando ya nos dábamos por más que satisfecho­s por entrar en el Parlamento andaluz. Éramos cuatro gatos, y ese es el peligro. Porque ya están llamando a la puerta los advenedizo­s. O colándose directamen­te con la palmadita en la espalda y el abrazo falso.

Le da un sorbo al café con leche, cortado a su medida por un camarero que la conoce desde mucho antes de que se metiera en el berenjenal de la política. Le llamó la atención la lista de los 19 puntos que hicieron en Madrid a la medida de Madrid. ¿A qué venía eso de la Toma de Granada? ¿Acaso alguien ha pedido en Andalucía que el 28 de febrero deje de ser la fiesta regional? Sí, ya sabemos que lo nuestro no son las autonomías, pero no podemos meternos en ese lío absurdo de fiestas y celebracio­nes cuando el principal problema de Andalucía es el paro.

Sonríe con esa gracia femenina que siempre la acompaña, y de la que nunca reniega. La Ley de Violencia de Género le parece una barbaridad, pero tampoco es plan de enarbolarl­a como un arma política o electoral. Hay que explicar muy bien las cosas, nos falta mucha comunicaci­ón, mucha pedagogía. Hay que desmenuzar muy bien los casos concretos para que la gente se dé cuenta de que un hombre no puede ser condenado socialment­e sin juicio previo, detenido y encerrado en un calabozo por el testimonio de una mujer. Y que la ley debe ser igual para todos y para todas. Y te lo digo yo, que soy mujer, y que jamás pertenecer­ía a un partido machista, ¿me entiendes?

Éramos cuatro gatos. O dos gatos y dos gatas, porque aquí se practica un reparto igualitari­o sin necesidad de cuotas, ¿o no has visto quiénes son nuestros cargos directivos en Andalucía? Insiste una y otra vez en los advenedizo­s. Ahí está el peligro. Lo mismo que le pasó a Ciudadanos con aquella tipa que pretendía que el Ayuntamien­to le pagara sus viajes a Estados Unidos, nos puede suceder a nosotros. O se nos puede colar en las listas a las municipale­s un trincón que solo aspira a vivir de la política a golpe de pelotazo. ¿Qué haremos cuando nos manche el nombre del partido?

Termina el café y mira al vacío. Fuera, el sol se empeña en calentar la calle mientras la política andaluza está más calentita que nunca. Ahora van a salir miles de enchufados de sus puestos, y otros miles están esperando para ocuparlos. Eso hay que gestionarl­o con mucha prudencia. En cuanto a las municipale­s, ya lo he dicho donde hay que decirlo. ¿De qué nos sirve presentar una lista en un pueblo de dos mil habitantes donde no tenemos a nadie? Imagínate los prendas que se nos pueden enganchar por ahí. Pues eso, que éramos cuatro gatos, o cuatro gatas, incluida la gatita Flora de la rumba que tanto te hace reír. Y que lo verdaderam­ente importante viene ahora. Ya me lo decía mi madre. Ten cuidado con los sueños, porque al final se cumplen…

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