UN TIEMPO NUEVO
Juanma Moreno sabe que se mete en una boca del lobo oscura y plagada de trampas
Si usted escribe en Google «Susana Díaz tiempo nuevo» le aparecerán cientos de referencias informativas. La todavía presidenta en funciones hizo de este término el leit motiv de su mandato y abusó de él hasta desdibujar el mensaje de esperanza que proyecta. Juanma Moreno huye quizás premeditadamente de esta expresión desgastada y susanista, pero basta oirle unos minutos para percibir que el verdadero tiempo nuevo comienza ahora. El próximo presidente de la Junta sabe la tarea hercúlea a la que se enfrenta, se ve con fuerzas —«llevo toda mi vida reparándome para esto», señala— y habla del futuro inminente con ilusión y cautela.
Porque nuevo no significa fácil. Todo lo contrario. Moreno sabe que se mete en una boca del lobo oscura y plagada de trampas en la que afronta dos retos fundamentales: por un lado, demostrar la nueva política con decisiones ejemplarizantes que provocarán a buen seguro movilizaciones callejeras; por otro, cuidar la estabilidad interna entre unos socios con marcada tendencia a exhibir su desapego. No en vano, la cartera más importante del nuevo Gobierno será secreta y llevará por nombre Consejería de Vamos a Llevarnos Bien, de la que dependerá la dirección general de No Podemos Cagarla. Obviamente su titular será el propio Juanma Moreno.
Al inminente presidente de la Junta se le ve seguro y con las ideas claras. Lleva muchos meses pensando lo que haría si algún día llegase a San Telmo y tiene una hoja de ruta trazada en la cabeza. Moreno es uno de esos políticos que se sienten más cómodos en la gestión que de candidato, y sabe que es ahora cuando comienza de verdad su carrera. Resta importancia a la falta de músculo del PP en el atomizado Parlamento que depararon las urnas —«el pacto de gobierno tendrá 47 diputados, los mismos que tenía Susana Díaz»— y repite como un mantra los términos «respeto» y «diálogo», que se intuyen esculpidos en el frontispicio de lo que será su gestión. Reivindica el papel de los funcionarios andaluces, «apagados y oprimidos» por la excesiva politización de su entorno, y se encomienda a «la enorme capacidad de diálogo» del PP para comenzar el deambular en la Junta.
Con la única compañía de su escueta guardia de corps y ataviado con una bufanda para frenar un inoportuno refriado, Juanma Moreno se ha aislado unos días en un hotel rural del Entorno de Doñana para ultimar su intervención de la próxima semana. El texto que ultimaba entre acebuches y aves no sólo debe ser su discurso de investidura, sino el prólogo de un tiempo nuevo. Y esta vez nuevo de verdad.