Un cartel para pagarlo
Ya no lo dicen solo los pintores, hasta hermanos mayores, como el de la Amargura Jo sé María Pedernal, consideran que obras como las de Fernando Vaquero, una de las grandes pinturas de la Semana Santa contemporánea que servirá como cartel, no pueden ser durante más años gratis. Las horas y los días de trabajo exclusivo que tiene y su resultado casi exigen que el cartel, sobre todo éste de la Semana Santa, se retribuya aunque sea con un precio simbólico. Los hay que hasta pagarían por pintarlo, sí, pero si se quiere calidad como lo de este año, eso cuesta. La Piedad de Vaquero es una obra muy elegante y está realizada con una técnica apabullante que en los paños está cercana a la de Zurbarán. Ojalá se sepa difundir como merece.
Mejoró mucho respecto a los anteriores. No hubo marchas de pitufos, lo cual es de agradecer, y las intervenciones fueron mucho más adecuadas. Todas menos una, porque la del presentador del acto, el consejero Pepín Haldón, resultó tan rancia y extemporánea que se duda que su mismo autor lograra comprenderla.
También se puede considerar un acierto la transmisión de acto todo el mundo a través de streaming, una tarea de la que ayer se encargaron Fran Vergara y Sergio Maya. Y es que cuando se conjugan bien las nuevas tecnologías con este universo salen cosas muy hermosas. En esta línea el pregón de 2019 se convertirá en el de mayor difusión de la historia. El Consejo tiene la intención de repetir la experiencia de ayer en el Maestranza e incluso con la Semana Santa. Esta innovación del equipo de Paco Vélez garantiza que no sólo se pueda escuchar en todo el mundo sino que alcance a través de la imagen un mayor impacto. Lo suyo sería seguir la racha y transmitir hasta los plenos de hermanos mayores ¿no?
Todos los planes reformistas del anterior delegado José Manuel Albiac se quedan en nada. Tras la reunión mantenida esta semana entre el actual responsable, Javier Bonilla, y sus hermanos mayores, han tomado la determinación de repetir el modelo pese a las advertencias que se hacen del peligro de colapso que tiene la jornada. Ni se deshace el trenecito de la calle Francos, ni le aplican una solución a la Borriquita, ni toman en cuenta las propuestas del Amor para dejar de ser un tramo más de La Amargura. El año que viene, el Lunes Santo, todos se vendrán arriba protestando pero después se desinflan como un suflé. En la Madrugada los diputados mayores aún no se han reunido. Todos piensan que pese a las reticencias del Silencio y El Calvario, se va a repetir la experiencia de 2018. Buena Muerte. Por sorpresa nos hemos encontrado con la imagen en su retablo tras la restauración de Pedro Manzano. Y la impresión no ha podido ser mejor. La calidad de la encarnadura del crucificado es enorme y eso se nota cada vez que sale de un proceso de conservación como este. Los del Amor también tendrían que ir en procesión a la Capilla Universitaria para saber lo que se siguen perdiendo.