El postureo de Rivera
La lógica aconseja que Andalucía deba ser gobernada por la triple alianza de las derechas. Porque después de 36 años ininterrumpidos de gobiernos encabezados por los socialistas, parece inevitable que una nueva mayoría absoluta —PP, Ciudadanos y Vox— tome la alternativa. Esta lógica no queda empañada, en absoluto, por el hecho de que la coalición oportuna tenga que ser pactada en medio de una campaña mediática que trata de presentar la operación como un pecado mortal, considerado mucho más grave que pactar, como ha hecho Sánchez con Batasuna, con los independentistas o con Podemos. La coalición que va a gobernar Andalucía no es más extremista que la colaboradora de Sánchez para ocupar La Moncloa. Y eso debe quedar claro, en vez de montar tantas alharacas y organizar protestas ante el Parlamento andaluz y barnizar con falsos patriotismos la lucha contra la derecha, deberíamos aceptar que donde las dan las toman y que si Rajoy fue —según el doctor Sánchez— una fábrica de independentistas, Sánchez está siendo el mayor benefactor de Vox. Dicho lo cual es necesario que la alianza de la derecha se ponga en marcha cuanto antes. Al Sr. Rivera le entraron los escrúpulos del novicio y está intentando pactar solo con el PP, porque él es éticamente puro, políticamente cartesiano y, desde el punto de vista estratégico, un admirador de Duguesclin, aquel que «ni quitó ni puso rey, pero ayudó a su señor». ARTURO FERNÁNDEZ RUBIO SEVILLA