Vitolo ilumina al Atlético
Brillante triunfo del equipo de Simeone ante el Levante, con el canario en plan estelar
En horario de café y croissant, 12 de la mañana de domingo con frío intenso en Madrid, el Atlético ofreció a su gente algunos de los mejores minutos del curso. Un 1-0 que nada tuvo que ver con otros guarismos similares capturados por la mínima, pidiendo la hora y gracias. La sesión fue luminosa, gratificante y plena. Jugó muy bien el Atlético, al fútbol rápido, punzante y combinativo que no siempre aparece. Y se desayunó al Levante en una mañana virtuosa de Vitolo.
Un primer acto ante el Levante que recordó la esencia del cholismo, ese espíritu que ha contribuido a elevar al club más allá de las fronteras imaginables. Brío, energía, presencia, personalidad… Ese talante guerrero mezclado con la técnica.
Los jugadores del Levante experimentaron esa desagradable sensación de medirse al Atlético y sus circunstancias. Cualquiera de ellos siempre tenía a un enemigo delante, al lado, enfrente o rondando. Gracias a su eficacia para robar o interceptar, disfrutó el Atlético de un puñado de ocasiones, la mayoría fabricadas por Vitolo, magnífico el canario, ayer titular, vivo en la conducción y con el periscopio fino para ver a sus compañeros.
En una de sus arrancadas se declaró el estado de felicidad en el Wanda. Estupenda la cabalgada con el balón cosido al pie e inmejorable el pase a Koke, que definió a gol con propiedad.
Todo duró unos segundos, hasta que entró el VAR en acción para escenificar que al arbitraje instantáneo y tecnológico le queda mucho para ser resolutivo: Prieto Iglesias revisó y anuló el gol por una falta previa de Rodrigo a Bardhi, cometida bastantes segundos antes. Probable equivocación. ¿Hasta cuándo se delimita la influencia de una infracción? ¿Hasta cuándo se debe felicitar el año nuevo?
El Levante se desperezó gracias al vídeo durante unos minutos, siempre en búsqueda de su ágil Morales. Pero estaba el Atlético conectado a su médula, soberbio el partido de Arias en el lateral, y volvió a retomar el mando en esa conjunción de táctica, vitalidad y despliegue. No llegó el gol en lances propicios de Thomas, Griezmann y Vitolo, pero la grada se fue satisfecha al descanso con lo que vio.
Fue el Atlético más luminoso del curso, el que desmintió con el juego trenzado su presunta aversión al toque, la asociación de ideas o pases. Fue sintomática una penetración de Vitolo, epílogo de una combinación de al menos 20 o 25 pases seguidos de sus compañeros en el campo del Levante. Estuvo de cine Vitolo, protagonista por su banda, siempre peligroso con el balón en el pie y ovacionado cuando fue sustituido. Después de un año en el Atlético, al que llegó como fichaje estelar en el invierno junto a Diego Costa, de demasiadas lesiones y de falta de ritmo y confianza porque su entrenador no le daba continuidad, el canario empieza a ser quien fue. «No tengo compromiso con nadie, con nadie –enfatizó Simeone–. Vitolo se ha preocupado de mejorar y nos da una pausa que solo teníamos con Griezmann».
Recursos técnicos
El gol llegó en un penalti por mano de Vukcevic que ejecutó Griezmann sin contemplaciones, zurdazo violento arriba. El gol pareció incluso poco premio para el Atlético, que insistió en busca del segundo en varios contragolpes o elaboraciones bien orquestadas que hicieron las delicias de su parroquia. El patadón o las tiras de piel no son el único argumento de este equipo, dotado de gente con grandes recursos técnicos y capacidad de desequilibrio.
Lo demostró Correa, siempre diferente cuando le sale el regate, Griezmann en plan líder, Koke recuperada su mejor versión, Juanfran con oficio por el lateral izquierdo, o Thomas en la gestación del juego. Salió Lemar, el fichaje más caro, y el murmullo le llegó claro: Vitolo le está ganando sitio.
Vitolo, primera vez titular Después de un año en el Atlético, de varias lesiones y falta de ritmo, vuelve a su nivel de internacional