«Memorias» a la carta
Quienes alcanzamos a recordar los primeros 28 de febrero andaluces no tenemos necesidad de que alguien nos cuente la deriva que aquella eclosión identitaria ha ido tomando en los distintos pueblos y ciudades de nuestra región. Es lamentable el intento de colocar, como respuesta desesperada a la pérdida imprevista del poder, una especie de memoria histórica autonómica «prêt à porter», a quienes fuimos testigos directos de aquel proyecto. ¿A qué viene ahora envolverse en una bandera que, paulatinamente, en estos 28F, ha ido desapareciendo de los balcones de la Andalucía occidental y que ya, desde el inicio, en los de la oriental apenas si la colgaron? ¿Cuándo se va a contar toda la verdad? ¿Por qué la patrimonialización de esa enseña que otros enarbolaron antes con la ilusión y esperanza de que en el incipiente sistema de autonomías, la nuestra pudiera, al fin, acortar distancias y figurar entre las primeras? ¿Por qué ahora ese empeño en rescatar antiguos discursos andalucistas en los que, ni antes ni ahora, creyeron? Ya está bien. No sabemos todavía en qué va consistir el cambio del nuevo gobierno autonómico, ni cuáles las verdaderas dificultades que irán apareciendo con pactos de eficacia por definir. Tampoco si Canal Sur será la televisión de todos pero es seguro que algunos, al menos, nos sentiremos muy aliviados y agradecidos solo con que dejen de contarnos milongas no aptas para mayores con memoria. JOSÉ MUÑOZ ALMONTE SEVILLA