Un centenar de personas agota las horas para encontrar a Julen en el pozo
∑El operativo se afana desde el domingo en rescatar al pequeño atrapado en un agujero de más de 100 metros en el municipio malagueño de Totalán
Los minutos son horas, que caen como losas sobre el ánimo de la familia del pequeño Julen en la barriada de El Palo en Málaga. Desde las 14.00 horas del pasado domingo, un centenar de personas tratan de hallar y rescatar sin éxito al pequeño en un pozo de prospección de agua de 25 centímetros de ancho y 110 metros de profundidad. La esperanza se va desvaneciendo a cada segundo y los equipos de rescate optaron ayer por desarrollar una ofensiva total por encontrar al niño en el pozo. Con los padres presentes y asistidos por los psicólogos de la Junta de Andalucía, la maquinaria comenzó a taladrar y abrir la tierra en busca del pequeño de dos años. Lo hacen en el lugar donde pretendían pasar una jornada de campo en familia.
Se han desplegado recursos para abordar tres vías de rescate de forma simultánea con el fin de sacar a contrarreloj al niño del agujero. Se hace después de un domingo de desánimo en el que no se obtuvieron resultados, pese a los esfuerzos. Durante la primera tarde de búsqueda se trató de averiguar a qué profundidad estaba el pequeño con una cámara, luego se llamó a unas empresas especializadas en desatascar tuberías o limpiar fosas para que, con una cámara especial, se intentara hallar a Julen en el agujero. No hubo éxito y, tras una larga noche, se topó con una pared que impedía el acceso. El esfuerzo chocó con arena, piedras y barro a unos 70 metros de profundidad. Se optó por horadar el obstáculo. Sobre la media noche se descargaron compresores, generadores y material para poder hacer un agujero con el que llegar hasta el pequeño. Por lo menos saber a qué altura estaba. Se avanzó durante la noche. Apareció una bolsa de chucherías del pequeño y un vaso con el que estaría jugando cuando cayó por el orificio, tras retirar las piedras que cubrían el agujero de acceso al pozo.
Muy inestable
La esperanza en la familia crecía ante la posibilidad de que Julen estuviera en una bolsa de aire bajo el tapón de arena. Lo confesaba el abuelo, Miguel Sánchez, que se encontraba desolado en su casa de El Palo. Sin querer reconocer que la otra posibilidad es que pueda estar enterrado bajo más de 30 metros de arena.
En la mañana de ayer, con el tiempo cayendo como paladas de arena, se inició una ofensiva total por el pequeño. Se determinó que se iba a asegurar el pozo, ya que es muy inestable. La Guardia Civil explicó que se entubaría en hoyo para poder asegurarlo y evitar desprendimientos sobre la zona en que podría estar el niño. Tras esto, se puso en marcha una triple opción de rescate.
La primera, y en la que se están llevando a cabo más esfuerzos, según el último informe de la Subdelegación de Gobierno en Málaga, es retirar toda la tierra que hay en el pozo tras los desprendimientos. La apuesta más importante de los equipos de rescate es horadar y succionar el material saliente con un camión bomba con un potente compresor. Esta se antoja, hasta el momento, la opción más factible para llegar lo antes posible a Julen. Los medios para esto comenzaron a subir ayer con ciertos problemas, ya que el primer camión bomba se quedó atascado en las rampas de acceso a la finca de Totalán. Por la tarde, la apuesta por
este método se hacía patente con una descarga de tuberías para drenar y vaciar el pozo.
Vías de rescate
Las otras dos opciones son llegar a través de excavaciones en la zona. Por un lado, una vez asegurado el pozo donde puede estar Julen, hacer otra perforación de las mismas características en paralelo. Esta sería de mayores dimensiones, para que permitan entrar a una persona de los equipos de salvamento, que hiciera una galería lateral para poder desenterrarlo y sacarlo por ahí. La maquinaria necesaria para hacer este hoyo, que puede llegar a los 110 metros de profundidad, entró en la tarde de ayer. Por último, se pretende también una «excavación a cielo abierto», explicó Bernardo Moltó, portavoz de la Guardia Civil. Se trataría de una especie de
Tres vías El operativo activa tres opciones de rescate en paralelo para hallar al niño
Gritos Los familiares lo oyeron llorar tras caer al pozo, pero los sollozos dejaron de oírse poco después
mina desde el otro lado de la montaña. Sería para hacer una galería lateral con la que llegar hasta el punto en el que estaría atrapado el menor. Para esto se necesita una excavadora que está trabajando en labores de abrir el monte desde primera hora de la tarde del lunes.
Para las dos últimas opciones, hace falta saber a qué altura estaría apresado el niño en el estrecho agujero, algo que –al cierre de esta edición– se desconocía, por parte de los servicios de salvamento que seguían operando en la finca familiar. Un terreno que habría sido adquirido recientemente por el tío de Julen a un hombre de Totalán y en el que estaban haciendo unas obras de urbanización, con al menos tres prospecciones, pero sin edificaciones. En una de ellas se ha caído Julen, mientras jugaba con su primo.
Según la versión de los familiares a la Guardia Civil, el chico se precipitó por el hoyo. Lo vieron caer y lo oyeron llorar, pero aquellos sollozos dejaron de oírse al tiempo. Ayer por la tarde la Guardia Civil comenzó a reconstruir lo que la familia había hecho a lo largo de la jornada y pidió documentación sobre los pozos. El agujero por el que se habría colado el niño serviría para regar alguna futura plantación de árboles o para abastecer el lugar de agua. Estaba tapada con piedras, lleva hecha poco más de un mes y se estaban intentando medir los niveles de agua que era capaz de acumular, explicó uno de los expertos en las primeras horas de búsqueda.
A las 14.00 horas del domingo los gritos de los padres de Julen, que ya perdieron a un hijo en 2017, alertaron a una pareja de senderistas que hacía deporte por la zona y que dieron el aviso al 112. Se activó un dispositivo de búsqueda que acumula dos noches sin noticias de Julen.