Lola Flores dijo cosas más inteligentes que las que su doble dice en un anuncio
ORIGINALES
des de una vida glamurosa. Las publicaciones de Luiza –su nombre artístico– muestran su pasión por marcas exclusivas como Tom Ford, Chanel o Dolce & Gabbana.
Su última adquisición, una mascarilla de Gucci con la que se protege del coronavirus mientras baila con su novio de clase humilde. Ha sido educada en un colegio británico y le gusta beber cócteles y champán mientras el resto de los humanos que no descienden de Putin se preocupan por sobrevivir a la pandemia. Su actitud le ha hecho ganar muchas críticas entre sus 42.000 seguidores, todos logrados en cuestión de horas.
Algunos le recriminan sus fanfarronadas con comentarios como «Vaya, puedo ver un suéter pagado con mis impuestos». Los hay más crueles: «¿Qué dices en la escuela cuando te preguntan quién es tu padre?». Pero la ostentación de la hija no ha conseguido eclipsar la de su padre: hace unos días, el líder de la oposición, Alexei Navalny, destapó una investigación sobre un palacio que fue presuntamente construido para Putin en la costa del mar Negro, valorado en 1.000 millones de euros. Se trata de la residencia privado más cara de Rusia, con un casino e incluso, una pista de hockey. Hasta que se confirme si hay armería en la mansión, lo mejor es que Luiza no vaya a hacerse posados.
HE oído decir a Lola Flores «empowerment» y casi me caigo de la silla. Ya no se respeta ni lo sagrado. ¿Por qué inventar discursos que nunca dijo si lo que decía era más importante? Nada tengo contra las cervezas españolas que saben a cerveza y no a regaliz (el brebaje artesano os lo metéis por ahí). Viva Cruzcampo, Mahou y Estrella de Levante (no voy a nombrarlas todas), pero el anuncio de la primera con una Lola Flores falsa me da grima. Porque no la reconozco. Porque sólo se parece a ella, pero se ve que no es ella. Porque la voz no es la suya. Ese «deepfake» que reivindica el acento andaluz con Lola dirigiéndose a artistas jóvenes andaluces me da miedo. «¿Tú sabes por qué a mí se me entendió en todo el mundo? Por el acento». Se la entendió porque es lo más grande que ha salido de Jerez (y eso es para nota). Porque es una artista total. Y no hay que ir al cliché del «New York Times». Se la entendía también porque vocalizaba. En su excelso campo, Victoria de los Ángeles dominaba el fraseo y ese era uno de sus principales valores. De Lola Flores no se puede desdeñar el fraseo. Échenle un vistazo en Flix Olé a «Casa Flora» y a Lola cantando «Cómo me la maravillaría yo» (1973). Me río cuando la ponen de antecesora del rap o de lo queer. Amos, anda. Es Lola Flores y ya está. Nada menos. Es verdad que soy de una generación que nunca ha tenido que descubrir a Lola Flores. Cuando era pequeña tenía claro, por lo que veía en la tele, que las personas más importantes de España eran Franco y Lola Flores.
El anuncio salió ayer, aniversario de Lola Flores, que nació el 21 de enero de 1923. Dicen que Melania Trump tiene una doble. Desde luego no era la que el martes salió de Washington de negro Chanel (ahí os quedáis, tíos feos) y llegó a Florida con un suntuoso caftán de Gucci que me pongo yo y parezco la criada de Lalla Hasna. Lola Flores sí tiene una doble. No sé qué demonios hago reivindicando a Lola Flores, que no lo necesita. Pero con esa señora del anuncio me pasa como a la chica de «El diario de Patricia»: «Pero ¿usted quién es?».