Desde abajo
evidente. Es el caso de Castilla y León. Los congresos provinciales en esta región se presentan especialmente intensos, al menos en su fase previa, en la que se buscan candidaturas de integración de las distintas familias del partido. «Valladolid será clave», advierten fuentes del PP. En esa provincia se elegirá al presidente el 6 de marzo. Después llegará el turno de Ávila y Palencia. Y quedaría, entre otras, Soria, una provincia que pondrá a prueba el cierre de filas en el PP y que de momento no tiene fecha para su congreso.
Mañueco tiene una buena relación con su «paisano» Pablo Casado, con quien habla de forma habitual sin ningún tipo de tapujo. Pero con el secretario general la conexión a veces se queda sin cobertura o tiene interferencias. El presidente regional ya puso reparos sobre la celebración de los congresos provinciales en estos momentos, con la tercera ola de la pandemia en su pico más alto. En algunas comunidades habrían preferido, además, que primero se celebraran los cónclaves regionales. Al dejar para el final la elección o reelección de los presidentes regionales, Génova se habrá asegurado antes el control de las provincias, con un peso especialmente relevante en comunidades como Castilla y León, y también en otras como la Comunidad Valenciana. Mañueco lanzó este aviso en ABC, muy en clave interna, para frenar posibles imposiciones: «Las candidaturas deben ser de consenso, porque tratar de imponer un nombre si los afiliados no lo quieren no funciona».
Con Casado y García Egea al frente, el PP busca una renovación que parte de las provincias
Quinielas de salida
En la Comunidad Valenciana falta por convocar el congreso de Castellón, mientras que los de Alicante y Valencia se han solventado con un mensaje de unidad. Sin embargo, en el PP está extendida la idea de que en los congresos regionales, que empezarán a celebrarse en otoño, hay tres presidentes que tienen más papeletas para caer. En esas quinielas aparecen el de Extremadura, José Antonio Monago (desde 2008), la de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga (elegida en 2017) y la de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig (desde 2015). Pero queda mucho partido por disputar. De entrada, Bonig quiere volver a ser presidenta y así se lo ha hecho saber a Casado. Cuando empezó a hablarse de su posible relevo, charló con el presidente nacional del PP y este aseguró que contaba con ella. Por tanto no se da por aludida con los rumores sobre posibles planes alternativos de Génova. Bonig está dispuesta a presentarse, y si hay primarias, es decir si hay candidato alternativo, tiene la intención de competir con él. Su relación con Casado es positiva, pero con