Situación política
«Consideraré con cariño e interés si se me plantea una gran procesión por el fin de la pandemia»
«No he vivido una época como ésta y la oración por España es más necesaria que nunca»
deraré con interés. Y, si ya he pasado a la consideración de emérito, aconsejaré a mi sucesor que considere esta posibilidad con cariño.
—¿Cree que las hermandades han estado a la altura durante la pandemia?
—Tengo la mejor impresión. Por lo que yo sé, muchas hermandades están atendiendo a los pobres casi por encima de sus posibilidades, hurtando al presupuesto aquello que no estaba previsto para salir al paso de tanto sufrimiento como están experimentando tantos sevillanos en los pueblos y en los barrios del sur de la ciudad. Yo no le recriminaría a los cofrades en este campo de la asistencia social, más bien les felicitaría y les agradecería los esfuerzos. Les diría simplemente que no bajen la guardia porque da la impresión que los pobres van a estar ahí por muchocho tiempo.
—¿Y la clase política?
—En Sevilla yo tengo la im- presión de que sí. Están pro- curando salir al paso de tan- ta precariedad.
—¿Le preocupa la polariza- ción del país?
—No he vivido una época como ésta. Rezo todos los días por España, que es un deber religioso que dimana del cuarto mandamiento de la Ley de Dios. Hay que rezar por que nuestros responsables políticos busquen con generosidad, altura de miras el bien común de los españoles por encima de los intereses partidistas y particulares. Es un consejo que yo doy a quienes me vean o me lean. La oración por España es más necesaria que nunca.
—¿Tiene esperanza en que se acelere y sea efectivo el proceso de vacunación?
—Tengo la esperanza, pero parece que no depende tanto de nuestras autoridades sanitarias cuanto de las empresas farmacéuticas, que deberían ser más diligentes. Yo querría decir con el Papa que Dios quiera que las vacunas no solamente sean para el primer mundo, sino también para el tercero, el cuarto y los países en vías de desarrollo. Todos somos acreedores a que se nos asista en nuestra salud. Hace unos días leía que en Mozambique solamente llegarán vacunas para un 20% de la población, los ricos, por lo que no se eliminará la pandemia. Deben llegar a través de las ayudas generosas de los países desarrollados.
—¿Cederá algunas instalaciones para la vacunación masiva?
—Estaría encantado. Ya lo hice en la primera oleada de la pandemia, cuando ofrecí el seminario si era necesario para albergar enfermos y 300.000 euros.
—Dígame un rincón de Sevilla.
—La Capilla Real de la Catedral, una fuente inagotable de paz, sosiego y de esperanza. No en balde está la que es esperanza nuestra: la Virgen de los Reyes.
—Una iglesia de Sevilla.
—La Magdalena. Cada vez la admiro más, una iglesia llllena de valores artísticosti que ha encontradodo en su párroco, Franciscoci Román, un custodioto que se preocupa ded su conservación y de sacar a la luz su patrimonio.tr
—Una imagen para rezarle
—La Inmaculada de mi capilla. Es una obra de Cayetano de Acosta, que está arrodillada sobre la bola del mundo, donde está pintada por Juan de Espinal el pecado original.
—Una marcha
—Dos. ‘Amarguras’ y ‘Virgen del Valle’. Este verano, en Sigüenza, viendo la maravillosa procesión de la Virgen de la Mayor, la Banda Municipal tocó ‘Virgen del Valle’ y me emocioné acordándome de Sevilla.
—El mejor consejo que le dará a su sucesor para su entrada en Sevilla.
—Le diré que quiera a Sevilla, que la admire no sólo por sus monumentos sino por sus gentes. Que valore la religiosidad popular, que es una gracia de Dios. Que quiera a los sacerdotes, a los seminaristas, que son el futuro. Que esté cerca de los jóvenes y se preocupe de los pobres y enfermos. Y también de los matrimonios y de las familias.