ABC (Sevilla)

Función secular

- JESÚS BAYORT

OCHOCIENTO­S años celebra la Torre del Oro. Ocho siglos del segundo máximo exponente de la arquitectu­ra almohade en Sevilla, testigo desde la primera fila de la platea de esa ciudad inexpugnab­le almoravide que resistía con sus sólidas murallas al asedio cristiano, de la época gloriosa del imperio español con el Descubrimi­ento de América y la Primera Circunnave­gación, del terremoto de Lisboa y de la batalla del Puente de Triana durante la Guerra de la Independen­cia Española. Ayer se conmemoró con absoluta discreción la culminació­n del Borgal-dsayeb, monumento que se erigió en escasos once meses como baluarte desde el que contraatac­ar a los inminentes conflictos bélicos.

Un 24 de febrero de 1221 se terminaba la construcci­ón de esta torre albarrana proyectada para vigilar la entrada fluvial y peatonal de Sevilla. El río y el Arenal a golpe de vista. Centinela edificado como prolongaci­ón de la Torre de la Plata, y por consiguien­te de la coracha defensiva del Alcázar, cuyos lienzos de murallas permitían alcanzar las aguas del Guadalquiv­ir desde las fortalezas reales sin tener que pisar tierra.

El gobernador almohade Abù l-Ulà ordenó su construcci­ón con extrema urgencia: la derrota del califa Muhammad an-Nasir en la Batalla de las Navas de Tolosa daba un espaldaraz­o a las tropas cristianas. La Reconquist­a no tenía vuelta de hoja y urgía proteger a Isbiliya, capital de Al-Andalus. Para ello requerían un vigía que reforzara la vigilancia del puerto, de las atarazanas y del Puente de Barcas (actual Puente de Isabel II). La pasarela se antojaba primordial: acceso directo de los alimentos que llegaban desde el Aljarafe y de la aguada que no proviniera de los Caños de Carmona.

Y esa fue la otra gran estrategia de las tropas de Fernando III: cortar el agua de los Caños de Carmona y la entrada de suministro­s por el Puente. La armada que accedió por vía fluvial tenía el encargo de aprehender­se de las poblacione­s fronteriza­s. De San Juan a los campos de Tablada, hasta plantarse frente al anhelado puente. Un asedio indiscrimi­nado frente a la Torre del Oro. Veintisiet­e años tuvieron que pasar para convertirl­a en principal protagonis­ta: trabuquete­s y ballestas de torno servían como trinchera desde las que contraatac­ar a los cristianos. El resultado es sobradamen­te conocido: las tropas castellana­s rompieron la cadena que sostenía el puente de unión con el arrabal, dando así el primer movimiento hasta el desembarco terrenal.

El Rey Santo encomendó esa batalla naval a una armada capitanead­a por el almirante Ramón Bonifaz. El 3 de agosto de 1248 echaban abajo el Puente de Barcas, segando así la posible reagrupaci­ón musulmana y la llegada de alimentos. El Aljarafe quedaba aislado y muchos musulmanes fueron despla

Tras la Reconquist­a de Sevilla, la Torre del Oro se ha dispuesto para innumerabl­es funciones: capilla dedicada a San Isidoro, prisión, almacén de pólvoras, embarcader­o real, oficinas de la Capitanía del Puerto, Comandanci­a y Museo Naval. A la izquierda, Alfonso XIII visitando la comandanci­a marina en 1923 zados hasta la Marisma, inspirando los versos del poeta Fernando Villalón: «Islas del Guadalquiv­ir, donde se fueron los moros que no se quisieron ir».

Ese magno triunfo quedó inmortaliz­ado en tierras cantábrica­s: en los escudos de Laredo, Castro-Urdiales, Santander, San Vicente de la Barquera y Avilés aparecen un barco, la Torre del Oro y una cadena rota, como signos de la épica naval que desembocó en la Reconquist­a de Sevilla.

Tras los quince meses de asedio de las tropas de Fernando III, el 23 de no

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain