La millonaria herencia de Benítez Cubero, en manos de la Justicia
La defensa del ganadero alega que la acción de petición de herencia ha prescrito
La herencia millonaria del ganadero sevillano José Benítez-Cubero, ya está en manos del juez. Ayer comenzó en el Juzgado de Primera Instancia número dos de Sevilla el juicio por la demanda interpuesta por Sofía BenítezCubero, reconocida en 2015 por el Tribunal Supremo como como hija extramatrimonial del ganadero, contra su hermano biológico y también ganadero José Benítez-Cubero Pallarés para exigir lo que considera que le corresponde por la herencia recibida por éste de sus padres y sus abuelos, siendo hijo único.
La reclamación de lo que considera su cuota hereditaria supera los doce millones de euros, lo que estiman puede ser la mitad de la herencia recibida por el demandado José Benítez-Cubero Pallarés.
Por su lado, la parte demandada rechaza tal pretensión económica pues considera prescrita la acción de la petición de herencia, así como estima que se da la prescripción adquisitiva de bienes.
Peritos del demandado
Igualmente, según ha podido conocer este periódico, la familia Benítez-Cubero considera que todos los bienes que ahora reclama Sofía, vecina de más de 70 años del municipio sevillano de El Coronil, son propiedad del demandado por el derecho de usucapión.
Esto es, cuando una persona, durante un tiempo determinado por ley, ha estado en posesión de un bien de forma pacífica y pública pasa a ser el propietario de la misma por el principio de seguridad jurídica ante cualquier reclamación.
Los años mínimos dependen del bien referido. Subsidiriamente, la parte demandada fija en una cantidad muy inferior a la reclamada la cuota patrimonial que le correspondería a Sofía Benítez-Cubero.
Aunque la vista oral termina hoy, cuando pasarán por la sala testigos y peritos de la parte demandada, el juez ya conoce los argumentos jurídicos esgrimidos por ambas partes en este procedimiento civil.
Ayer comparecieron en el juzgado el propio demandado, tres testigos de la parte demandante, un detective contratado por Fernando Osuna, abogado de Sofía, y los tasadores de la finca ‘Los Ojuelos’, propiedad de la sociedad con el mismo nombre y también personada en la causa.
Esta extensa propiedad, de más de 1.500 hectáreas, ubicada en el término municipal de Marchena y valorada muy por encima de los quince millones de euros, forma parte de la herencia de Benítez-Cubero, según Osuna.
El letrado señala en su demanda que algunos de los bienes que Benítez-Cubero Pallarés alega haber adquirido durante su vida y, por tanto, exentos de ser contabilizados como masa hereditaria, no son tales.
Tanto es así que el letrado señaló, en una comparecencia judicial anterior, que el ganadero ha realizado «una serie de negocios y operaciones de compra-venta simuladas para sacar esos bienes de la citada masa» con el propósito de reducirla. Entre estos bienes se encuentra la referida finca situada en plena Campiña sevillana.
Sofía Reguera Hidalgo era el nombre que recogía el antiguo Documento Nacional de Identidad de Sofía Benítez-Cubero,
El Juzgado de Primera Instancia número dos de Sevilla fijó para ayer y hoy la celebración del juicio
En el año 2015 Sofía veía cómo la Justicia la reconocía como hija extramatrimonial del padre del demandado
quien lleva desde 2008 batallando por lo que considera legítimo. En primer lugar, ser reconocida hija del ganadero Benítez-Cubero Cañete de Beca, fallecido en 1970 a los 47 años. Esto lo consiguió ene l Tribunal Supremo en 2015.
Once años antes murió la madre de Sofía, Rosario Reguera Hidalgo, quien formó parte del personal del servicio de una de las fincas de los Benítez-Cubero entre 1945 y 1950. Durante aquel tiempo, mantuvo una relación con José Benítez-Cubero Cañete de Beca, fruto de la cual nació Sofía el 10 de mayo de 1950.
La segunda pretensión de Sofía es recibir parte del patrimonio de la familia demandada que considera que le corresponde en función de la masa hereditaria.
Para saber si tendrá derecho a esa cuota hereditaria y si es así, cuánto será, tendrá que esperar aún un poco más de tiempo, pues ahora está en manos del juez de Primera Instancia número dos de Sevilla dirimir este conflicto familiar que se ha originado contra el ganadero de reses bravas José Benítez-Cubero.
Fernando Osuna, a la salida del juzgado, se mostró contento por el desarrollo del primer día de juicio, lo que le hace ser optimista de cara a que se estimen sus pretensiones judiciales en favor de su clienta.
Durante todo este proceso, el ganadero José Benítez-Cubero Pallarés ha preferido guardar silencio y mantenerse alejado de los focos mediáticos, dejando el asunto en manos de su abogado, quien en declaraciones a ABC hace ahora tres años (la única vez que ha atendido a los medios) aseguraba que en este asunto «nadie ha contemplado el lado humano» de su cliente, quien «siempre aparece como el malo en esta historia» y, evidentemente, sólo defiende sus legítimos intereses.