El PSOE evoca la Guerra Civil frente al 28-F «sin trincheras» de Moreno
El presidente de la Junta reclama un andalucismo «moderno», mientras Susana Díaz le acusa de blanquear a «los herederos del franquismo»
Las cunetas, las tapias de los cementerios, los falangistas, las «purgas» franquistas, la Guerra Civil... Ése fue el marco mental en el que se movió Susana Díaz para reivindicar el 28-F en el acto, retransmitido por Internet, que organizó el PSOE-A con motivo del Día de Andalucía. Frente a la fachada de la Casa Museo de Blas Infante de Coria del Río, la secretaria general sacaba del armario el fantasma de las dos Españas en lucha perpetua para abrir grietas en el bloque compacto del Gobierno regional de los populares y Ciudadanos, con el apoyo parlamentario de Vox.
La jefa de la oposición proclamó que «veníamos denunciando que el pacto de intereses de la derecha y la ultraderecha» que mantiene a Juanma Moreno Bonilla «acabaría abocado al recorte de libertades y derechos de los andaluces». Díaz proyectó un PSOE anclado en códigos del pasado, que necesitaba remontarse 85 años atrás para levantar una alternativa para el futuro de Andalucía.
Una hora y media después, en Carmona, otra plaza simbólica en la construcción del proceso autonómico, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, llamaba a los andaluces a hacer lo contrario: a superar la lógica de los bandos políticos. En la jornada reivindicativa montada por el PP regional, su presidente abogaba por «un andalucismo moderno, abierto, que supera las trincheras» porque el «sentimiento andaluz está por encima de ideologías o de carnés de partidos». Un proyecto en el que «caben todos los ángulos de visión».
Se confrontaron dos discursos, dos Andalucías, en un mismo 28-F que no se va a parecer a ningún otro. Es el primero que se celebra bajo un estado de alarma por la pandemia del Covid-19. El coronavirus estuvo presente en las intervenciones de los dos dirigentes. Ambos se acordaron a los más 8.000 andaluces fallecidos a causa del Covid y de los sanitarios que han estado dando el do de pecho en la pandemia.
Pero ahí terminaron las coincidencias. Llevando el agua al molino de la Guerra Civil, la líder del PSOE-A exigió al Gobierno andaluz «respeto» para aquellos que «aún están en las tapias de cementerios y cunetas» y para las mujeres «purgadas por el franquismo»,
El jefe del Gobierno andaluz exige al Ejecutivo central «la misma lealtad que le ofrecemos»
como Angustias García Parias, la mujer de Blas Infante. Pidió que el «horror» de la dictadura se estudie en las escuelas «para evitar que los herederos del franquismo campen con desahogo» e «impunes» por instituciones como el Parlamento andaluz. Acusó a Moreno de permitirlo con una «injusta equidistancia» y de «blanquear» a los que «consideran un invento nuestra Autonomía». Se refería a la bandera falangista —partido que concurre a las elecciones— que cuelga en el despacho de la exdiputada de Vox Luz Belinda Rodríguez. Nunca una parlamentaria no adscrita tuvo tanto protagonismo.
«Perdida la fe»
En el Parador de Carmona, donde hace 40 años la asamblea de parlamentarios andaluces aprobó el proyecto del Estatuto de Autonomía, Juanma Moreno apeló al «esfuerzo colectivo» para sacar adelante la sanidad y la educación en esta pandemia: «A los andaluces nos han puesto muchas piedras en el camino durante décadas y siempre nos hemos levantado». Pidió «lealtad» al Gobierno central en el reparto de la vacunas contra el coronavirus, las ayudas de la PAC, los fondos europeos o el sistema de financiación autonómica. La secretaria general del PP-A, Loles López, que le precedió en el turno de palabra, insistió en los agravios: «No permitiremos privilegios a cambio de favoreces políticos ni consentiremos una España asimétrica». Moreno no se olvidó de los socialistas que gobernaron 37 años: «Ya habían perdido la fe en su