«Me niegan formación para un empleo por hablar castellano»
Cursos financiados por el Govern y el Ministerio de Trabajo marginan al castellanohablante
El rodillo lingüístico de la Generalitat llega al Inem catalán. Asistentes a cursos de formación para desempleados financiados por el Servicio Catalán de Empleo (SOC) y el Ministerio de Trabajo, denuncian, asesorados por Hablamos Español, haber sido discriminados por no dominar el catalán. Dicen sentirse indignados por el hecho de que tras estos cursos que les «marginan por hablar la lengua oficial del Estado esté también el Gobierno, que no hace nada para protegernos». Por esta razón, algunos denunciaron primero ante el ministerio, que, «sin ninguna explicación», les derivó a la Generalitat. Esta última administración se limitó a invitarles a que aprendieran la lengua autonómica.
En el caso de Carmen G. H. (nombre ficticio), ciudadana de origen panameño de 56 años que vive en Vallfogona de Balaguer (Lérida), esas trabas le han conducido, según denuncia a ABC, a abandonar las sesiones y, como consecuencia, «a renunciar a poder acceder a un empleo que lleva tiempo anhelando». Además, el SOC, que depende del departamento de Trabajo de la Generalitat, la ha penalizado por darse de baja por lo que entienden que «no es una causa justificada». Eso supone, en la práctica, que no podrá matricularse en seis meses en ningún otro curso. «Por no hablar catalán me han impedido formarme para acceder al empleo que quiero», señala.
Cuando se afincó en Cataluña procedente de Panamá, en 2017, Carmen no imaginaba que el hecho de no hablar catalán podría complicarle la vida. «Las cosas no estaban como ahora. Imaginé que hablando español no tendría ningún problema», indica. «Vi que habían cursos financiados por la administración de Gestión Administrativa, que era la formación que se reclamaba en muchos empleos a los que quería optar», explica. Encontró la horma de su zapato laboral y decidió inscribirse al curso del SOC, con una duración de ocho meses. Antes de formalizar la inscripción, le hicieron someterse a un examen para determinar si era apta. Curiosamente, el examen fue en castellano. «No se entiende, pasando lo que me pasó después, que el filtro para acceder al curso fuera en español», dice.
Los problemas se intuyeron el segundo día de clase. «Le pedí al profesor si podía darme las explicaciones y el material en castellano, pero se negó e incluso fue desagradable», dice Carmen. La única respuesta que obtuvo fue: «Aprende catalán».