A la baja
Las capitales de Granada y Córdoba acusan ya cierto declive demográfico
El éxito de Roquetas en Almería
Sin embargo, el caso de más éxito en Andalucía tomando como base 100 el censo de 1857 lo encontramos en Roquetas de Mar. El pequeñísimo núcleo de 2.498 habitantes a mediados del siglo XIX se ha convertido en una pujante población que roza los 100.000 habitantes. El turismo en primer lugar y el uso intensivo del suelo han determinado su innegable éxito demográfico que le ha llevado a multiplicar prácticamente por 40 su población inicial. Todavía más asombroso si se toma como referencia el dato del censo de 1887, en el nivel 79 sobre la base 100 de veinte años antes. El caso opuesto sin salir de la provincia lo representa Cuevas de Almanzora, en tiempos llamada Cuevas de Vera. Allí, la fiebre de la plata en las minas de Almagrera significó un ‘boom’ demográfico a mediados del siglo XIX que perduró hasta los años 30 del pasado siglo. Desde entonces ha perdido población en todo este tiempo.
Declive de Linares en Jaén
También está la minería en el origen del extraordinario incremento de población que vivió Linares a finales del siglo XIX. Linares llegó a ser la población más importante de la provincia y así lo refleja el censo de 1887. La población residente se triplicó entre 1860 y 1877, un periodo increíblemente corto, al calor de la fiebre del plomo. Esa preeminencia se mantuvo sin variación hasta la década de los años 30, cuando se evidenció fatal la dependencia de la extracción minera. Jaén, la capital, tomó la delantera entonces y la brecha en favor de esta no ha hecho sino crecer en todo este tiempo mientras Linares decliva en todos los órdenes, también el demográfico. Úbeda, por su parte, la tercera población de la provincia, se ha mantenido apenas sin oscilación desde la posguerra.
Huelva y el efecto capital
Como Jaén, también Huelva se ha beneficiado y consolidado el factor de la capitalidad provincial. De hecho, su tamaño no distaba mucho del de Moguer, que bien pudo haber sido capital provincial en el mapa administrativo que diseñó el reformador Javier de Burgos. Pero se eligió la ciudad en la desembocadura del Tinto y el Odiel y Huelva despegó: multiplicó su población por 16,88 veces entre 1857 y 2020. El crecimiento de Lepe, la tercera población, es mucho más modesto y participa, a la vez, del tirón de la agricultura intensiva y de primor y del turismo de litoral.
Granada: la costa tira
Esa tendencia a concentrarse la población en la costa se hace palpable en la provincia de Granada. A mediados del siglo XIX, la segunda población en tamaño era Loja, un potente núcleo agrícola rebosante de historia enclavado en el camino de Sevilla. Pero desde 1857 sólo ha conseguido incrementar su población con un exiguo multiplicador de 1,19, el más bajo de las 24 ciudades examinadas con la excepción de Cádiz capital. El segundo puesto en la provincia lo ha perdido a manos de Motril, puerto pesquero de la costa, cuyo multiplicador es 4,22 en el mismo periodo de tiempo. Incluso por delante de Granada capital, cuyo declive en favor de los municipios limítrofes del área metropolitana se hace cada vez más evidente en las últimas tres décadas.
Córdoba, sin rival
Esta contención –cuando no abierto declive– del crecimiento poblacional también tiene su reflejo en Córdoba capital. La catedrática Cruz Villalón sostiene que el caso de Córdoba es el reverso del de Cádiz: su término municipal es de tales dimensiones que «nadie le puede hacer sombra». Así ha sido históricamente, porque la capital cordobesa actuó como un gran aspirador de población cuando el éxodo rural de mediados del siglo XX: su multiplicador entre 1857 y 2020 es de 7,59, el más alto de todas las capitales provinciales andaluzas. Sólo Lucena, histórica ciudad industriosa, le sigue a la zaga a mucha distancia, con crecimientos mucho más moderados. Priego de Córdoba, en la Subbética, le disputaba el título de tercera población a la vinatera Montilla y así siguen siglo y medio después, con un puñado de centenares de diferencia. Por delante se ha colado Puente Genil, con casi 30.000 habitantes.