La electricidad del Real Alcázar será «cien por cien verde»
El presupuesto de la licitación para los próximos tres años roza los 260.000 euros
COMO ya voy siendo mayorcete y de salud ando con lo justo para ir tirando, el bicho me tiene acongojado, llevo una buena temporada sin asomar la nariz a la calle y héteme aquí, bajo arresto domiciliario, contemplando las musarañas y viéndolas venir. Aun así, lo hago, más que por miedo o por cumplir las normas, por puro descreimiento y por hastío, porque ya no me fío de lo que diga nadie, por muy experto en pandemias que se proclame y porque no me creo ni una sola palabra de lo que recite de oídas ningún político de ninguna institución por muy razonable y bienintencionado que suene su discurso. Me han engañado tanto, me han decepcionado tanto, me han dicho tantas veces una cosa, otra y la contraria, que al principio me sentí defraudado, luego me cabreé, después le menté la parentela a más de uno y finalmente he optado por tomármelo a chufla porque todo esto no es sino una farsa inmensa, un teatro de vanidades e imposturas, un por aquí te quiero ver que sería ridículo si no dejara a su paso un reguero angustioso de enfermedad y muerte, de ruina, desesperación y desconfianza en el prójimo. Empezaron negando la existencia del virus, siguieron minimizando su incidencia, nos escamotearon las herramientas para hacerle frente, se contradijeron mil veces en las recetas para combatirlo, manipularon el número de víctimas, vendieron dudosas esperanzas de cura y vacunas que no llegan, se pusieron por la cara los primeros en la cola, nos engatusan con estadísticas ininteligibles y nos usan como cobayas abriendo y cerrando el grifo de los anatemas, confinamientos y prohibiciones, escaladas y desescaladas según criterios que mutan continuamente en función de las conveniencias políticas de cada cual. No, no salgo porque recelo de lo que hay ahí fuera. Cuando se vaya el Covid y cuando se vayan los que viven de manipularlo y lo siguen alimentando día a día con su ignorante osadía, surfeando insensatamente ola tras ola, a lo mejor reaparezco. Ya veremos.
El Real Alcázar de Sevilla ha sacado la licitación el suministro eléctrico del conjunto monumental para los próximos tres años, incorporando por vez primera la exigencia de que la totalidad de la energía suministrada sea de origen renovable y de cogeneración de alta eficiencia, es decir «cien por cien verde». «De esta manera, el recinto palaciego se suma a la estrategia del Ayuntamiento y del resto de sus organismos y empresas municipales para adoptar una electricidad completamente verde, más eficiente y que propicie la lucha contra el cambio climático», explica en un comunicado el concejal de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz.
Los pliegos del contrato, cuyo presupuesto asciende a 257.806,23 euros, establecen que ese suministro verde deberá estar certificado según las directrices del Sistema de Garantía de Origen de la Electricidad aprobado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, cuyo cumplimiento es verificado e inspeccionado por la Comisión Nacional de la Energía. Con el objetivo de optimizar el consumo de electricidad sin restar en ningún momento el necesario realce de los elementos patrimoniales del Real Alcázar, los pliegos exigen, asimismo, que la empresa adjudicataria presente, en el plazo de un mes desde la formalización del contrato, un plan de compensación de energía con objeto de minimizar el impacto económico de la facturación y, a la vez, evitar un posible exceso de energía. Ese plan incluirá propuestas sobre aquellas potencias que optimicen el recibo.
En el contrato se garantiza la cobertura de electricidad a posibles modificaciones o ampliaciones del mismo.