LA PRIMERA EN LA CALLE
Hubo un tiempo en el que la Hiniesta era la cofradía que inauguraba nuestra Semana Santa
HISTORIADOR
Mucho antes de que se fundase la hermandad de la Paz, y para ello tenemos que remontarnos a los albores del pasado siglo XX, llegó a convertirse la Hiniesta en la iniciadora del Domingo de Ramos, incluso por delante de la Estrella cuando salía de San Jacinto. El caso que nos ocupa representa un claro ejemplo del resurgimiento, en Sevilla, de las cofradías populares en las últimas décadas del siglo XIX. Fue en 1879 cuando un grupo de devotos de la feligresía de San Julián se afanó en promover la reorganización de la antigua cofradía de sangre de la Hiniesta, aletargada ya desde hacía muchísimos años, con la aprobación del cardenal Lluch y Garriga, y el beneplácito del párroco, don Antonio Naranjo.
Los reorganizadores eligieron un crucificado que existía en la parroquia, que pusieron bajo la advocación de la Buena Muerte, así como a una dolorosa de enorme valor. La intención inicial fue la de llevar nazarenos con túnica negra y cinturón de esparto. Realizó su primera salida procesional la tarde del Lunes Santo de 1881, con un solo paso, en el que se dispusieron a modo de calvario, un crucificado de pasta madera, la Virgen y San Juan.
Dos años más tarde, en 1883, se unió a la sacramental de San Julián y salió de madrugada, acompañada por un grupo de soldados romanos. Pasó al Miércoles Santo en 1885, originándose ese año cierto desorden en su procesión. El revuelo provocó una retención de casi 12 horas. Finalmente, pudo regresar a San Julián en torno a las 3 de la madrugada.
Probó salir también el Jueves Santo entre los años 1888 y 1891, hasta quedar prácticamente disuelta. Pese a varios intentos de rescate, no pudo volver a salir hasta 1906, pero ahora ya en la tarde del Domingo de Ramos.
Domingo de Ramos
Era entonces el año 1906, hace hoy 115 años. Tras un periodo de años sin salir, un grupo de cofrades del barrio se esforzó en volver a sacar los pasos a la calle y, para ello, los reorganizadores solicitaron permiso a la autoridad eclesiástica para poder hacerlo el Domingo de Ramos, a primera hora de la tarde. Aquel señalado día del estreno estaba en Sevilla el Rey Alfonso XIII, alojado en el Real Alcázar, a punto ya de presentarse en los palcos de la Plaza de San Francisco, a escasos días de