¿Por qué no tenemos vacunas?
La escasez de mascarillas y otros recursos sanitarios hace un año ya mostró que la delegación de competencias en la comunidades había dejado al Ministerio de Sanidad con escasez de personal para afrontar la tarea de la contratación, y que solo se alivió con la agregación temporal de personal militar para asesorarle aunque no se adoptaron las medidas de Calidad de la OTAN que proponían y que hubiesen evitado la necesidad de devolución o rechazo de parte de los suministros y la pérdida de caudales abonados. No se corrigieron los errores y, actualmente, el Gobierno sigue poniendo en riesgo la salud de los españoles a pesar de que las comunidades (aunque descoordinadas) saben hacerlo, y que las FAS españolas también ya que, dado la escasez de euros que les asignan sacan el máximo rendimiento de su presupuesto en tiempo, forma, calidad y eficiencia.
Nuestros padres y abuelos han vivido por lo general situaciones complicadas que han implicado arduas jornadas laborales para progresar. Situaciones que requerían un gran esfuerzo y sacrificio para sacar adelante un país cargado de odio y pobreza que hicieron de sus habitantes seres íntegros y comprometidos con el progreso. Pero en la actualidad vivimos una época repleta de comodidades en la que la mayoría de nuestros problemas diarios no suelen ir más allá de haber subido unos kilos de peso o no haber logrado la cantidad de ‘likes’ que nos gustaría en nuestras redes sociales. Los tiempos difíciles crean personas disciplinadas, éstas construyen prosperidad, pero sin una educación rica en valores como el respeto y el esfuerzo, no se evitará la existencia de hombres y mujeres débiles que acabarán con todo lo logrado.
IGNACIO FRUTOS LOSADA