Le eximen de pagar pensión a sus hijas por tratarle «como un cajero»
Un juzgado concede por primera vez en España la suspensión de la manutención
Sus dos hijas, que tienen ahora más de 20 años, le trataban «como un cajero automático». Solo una de ellas se comunicaba con él de forma muy esporádica «para pedirle dinero o que le pagara gastos que tenía». Así define el abogado Gabriel Velamazán la historia de uno de sus clientes que acaba de ganar en los tribunales su derecho a dejar de pasar la pensión de sus hijas tras demostrar el «desapego absoluto» de las ya mujeres con su progenitor.
Se trata, destaca Velamazán, de la primera vez que un juzgado dicta sentencia en este sentido, un camino que abrió el Tribunal Supremo (TS) pero que nunca se había materializado en España hasta ahora. Esta vía se abrió gracias a una sentencia de 2019 donde el Alto Tribunal reconocía que si no había relación entre padres e hijos imputable a los vástagos y durante mucho tiempo, se podía suspender la manutención.
Es algo que este abogado ha conseguido demostrar. Y, sobre todo, que la otra parte no ha podido desmentir: «No pudieron presentar ni una prueba de muestra de afecto por parte de las hijas», explica Velamazán. Pero el padre sí tenía los mensajes pidiendo dinero o bienes como ordenadores o cursos.
La historia comienza en 2003. Entonces un juzgado de Córdoba dicta sentencia de divorcio sobre una pareja. El hombre tiene que pasar 757 euros al mes, una cantidad que además se va actualizando con el IPC. Además, desde entonces ha hecho frente a otros gastos extraordinarios, indica el abogado. Una más de tantas que se separan. Lo diferente comienza poco después cuando, cuenta Velamazán, las niñas empiezan a manifestar que no quieren tener relación con su padre. «Antes de estar bajo la custodia de la madre, esto no era así, tenían una relación maravillosa con su padre», añade este abogado.
Las relaciones se rompieron. El cliente de Velamazán dejó de ver a sus hijas y ni las sentencias a su favor obraron el milagro. De hecho, señala el abogado, la familia de él —esto es, abuelos y tíos paternos de las niñas— iniciaron otro procedimiento judicial para poder relacionarse con las menores. Y aunque tanto el padre como su familia fueron ganando los procesos, no se produjo el acercamiento. «La madre alegaba que las niñas no querían verle», cuenta el abogado del padre.
Pasaron los meses. Y los años. El padre, harto de la situación, asumió que sus hijas nunca tendrían relación con él y planteó una nueva demanda
Casi 20 años pagando El padre ha pagado 757 euros al mes desde hace 17 años sin recibir ni una muestra de cariño
ante la Justicia: si no tenía el cariño de las niñas, ellas no tendrían su dinero. Porque, indica Velamazán «la solidaridad familiar implica derechos y obligaciones».
El abogado prefiere no calificar la actitud ni de las niñas ni de la madre, pero resume la situación en que «antes de la separación había muy buena relación entre mi cliente y sus hijas; al quedarse con la madre, rechazaron al padre». Para este letrado, esto «es algo que ocurre a menudo lamentablemente».
«Adora a las niñas»
Según explica, este padre «adora y ha adorado a las niñas». De hecho, señala que cuando la única comunicación eran los mensajes de móvil para pedir dinero, siempre respondía intentando saber más de ellas. Pero la puerta nunca se abrió. «Les mandó cartas, las llamó... Intentó que hubiera una relación, pero ha sido imposible», plantea Velamazán.
Para este abogado, en la sentencia ha sido clave el poder probar que la mala relación es por culpa de las niñas y no del padre. Que no es el progenitor quien se ha desentendido de ellas. Porque, señala, si las hijas no tuvieron relación con su progenitor mientras eran menores de edad, no tienen culpa. Pero, cumplidos los 18 años, no pueden escapar de su responsabilidad.
Velamazán destaca que, aunque su cliente quede eximido del pago de la pensión alimenticia, la madre no lo está. Así, se da la circunstancia de que las niñas podrían abrir ahora un procedimiento judicial para reclamarle a ella el dinero que hasta ahora ponía el padre cada mes.
Para este letrado, la sentencia pionera que ha conseguido para su cliente, que no tendrá que volver a pasar pensión a sus hijas, abre un camino que cree que van a recorrer muchos otros padres. Sostiene Velamazán que las demandas como la suya, ahora que hay jurisprudencia, se multiplicarán. Pero advierte que no son fáciles de ganar porque hay que probar que el desapego es responsabilidad de los hijos y no de los padres, un extremo complicado.