Junts se enroca para no facilitar todavía el Govern de Aragonès
Los de Puigdemont no tienen prisa tras sacar a ERC la presidencia del Parlament
clamó a Junts que «se repiense» su abstención, y que con un gesto de «responsabilidad y confianza» facilite ya la investidura a Aragonès, igual que ellos concedieron a Borràs el timón de la presidencia del Parlamento catalán. Vilalta propuso que Junts vote hoy la candidatura republicana, y luego ya en los próximos días pulirían flecos y detalles de la formación del nuevo Govern. Los de Puigdemont, sin embargo, no parecen estar por esa labor.
Si nada cambia a última hora, en el pleno de hoy los neoconvergentes, que no contarán con la presencia ni de Artadi ni del presidente del grupo, Albert Batet, ambos confinados por contactos estrechos con positivos de Covid, darán un patadón hacia adelante para alargar las negociaciones. Pese a insistir en que no hay riesgo de una repetición electoral, Artadi incluso sugirió que sería «más útil» que Aragonès renunciase a esta segunda votación y que los partidos aprovechen el día para reunirse y avanzar en las negociaciones. No parece ser esta la intención de Aragonès.
El principal punto del conflicto entre los socios secesionistas sigue siendo el Consell per la República. Desde las filas republicanas, y también desde la CUP, han visto siempre esta entidad más como un chiringuito partidista maquinado para mantener al fugado Puigdemont en primera línea política que como el órgano de promoción internacional del «conflicto político» y aglutinador del secesionismo que presume ser. Aclarar su papel a partir de ahora será clave para desencallar las negociaciones. Ayer, se movieron algunas piezas, aunque insuficientes para una investidura.
El Consell per la República emitió
ERC perdió el timón de las negociaciones y Junts quiere un papel relevante para Puigdemont
una declaración en la que accedía a «reformularse», consciente de las suspicacias que levanta la entidad en el partido republicano. La propia Vilalta, desde las filas de ERC, trató de usar ese vago y etéreo pronunciamiento del Consell para presionar a Junts, diciendo ante la prensa que eso «encarrila» las negociaciones. Difícil que eso vaya a convencer a Junts para que a última hora cambie sus votos.
El ‘olvidado’ pacto ERC-CUP
Los republicanos, que tienen ahora por fin la oportunidad de presidir la Generalitat tras imponerse por primera vez a sus socios neoconvergentes en unas elecciones autonómicas, han perdido toda iniciativa en el proceso negociador. Los de Oriol Junqueras, que pretendieron marcan los tiempos priorizando un pacto de perfil izquierdista con los antistema de la CUP y posponiendo el eje negociador con Junts, ya no llevan ahora el timón de las reuniones. Muy atrás parece quedar aquel borrador pactado por ERC y la CUP que usaba a los Mossos como moneda de cambio poselectoral –amenazaron con dejar a los antidisturbios sin balas de ‘foam’ y revisar el orden público–. Ahora, el papel del Consell no solo se ha convertido en el mayor dolor de cabeza de RC, sino que ese