El PP catalán renueva su cúpula tras el fiasco del 14-F
Perdieron el ‘derbi’ electoral con Esquerra, pero son los poscovergentes quienes marcan los tiempos de las negociaciones de las formaciones secesionistas para componer el próximo Govern. Tras haber arrancado a ERC la presidencia del Parlamento catalán para dejarla en manos de la imputada Laura Borràs, Junts no tiene ahora ninguna prisa, y la formación del fugado Puigdemont confirmó ayer lo que ya sugirió el viernes Jordi Sànchez, secretario general del partido: la previsión de abstenerse hoy en el segundo debate de investidura de Pere Aragonès. El nuevo Govern separatista tendría que esperar.
El segundo intento de Pere Aragonès de ser investido estaría así hoy condenado al fracaso. Aunque para ser ‘president’, a diferencia de lo que ocurrió el viernes, cuando necesitaba una mayoría cualificada, esta vez a Aragonès le bastaría con una mayoría simple –más votos a favor que en contra–, la negativa de Junts pondría freno por el momento a su investidura. La aritmética no permite otra cosa.
El papel de Puigdemont
El pasado viernes empezó a correr la cuenta atrás de los dos meses que los partidos tienen ahora para llegar a un pacto de gobierno y evitar una repetición electoral. Aunque Elsa Artadi, vicepresidenta y portavoz de Junts, dijo que su voluntad «no es agotar, ni mucho menos» esos dos meses de plazo, lo cierto es que ayer la ejecutiva del partido optó, por unanimidad, por no secundar todavía la presidencia de Esquerra. Son muchas las cuestiones que, según los posconvergentes, deben aclararse antes de cerrar el acuerdo: la estrategia del separatismo en el Congreso, la estructura del nuevo Govern o el reparto de las consejerías. Y, sobre todo, el principal escollo en todas las reuniones: el papel que en la próxima legislatura tendrá el partidista Consell per la República, el chiringuito del fugado Carles Puigdemont en Waterloo.
Los intentos de las últimas horas de los republicanos para recabar hoy el apoyo de Junts han caído de momento en saco roto. Ayer, la portavoz parlamentaria de ERC, Marta Vilalta, re
El PP catalán (PPC) celebró ayer una reunión de su comité ejecutivo en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) en la que el partido renovó su dirección tras la salida del anterior secretario general, Daniel Serrano, que renunció a todos sus cargos tras verse envuelto en un presunto caso de agresión sexual.
Según informó el partido tras la celebración de la reunión, el nuevo secretario general de la formación será el hasta ahora diputado Santi Rodríguez, de perfil técnico y buen conocedor de las dinámicas internas de la formación en Cataluña, así como de la política autonómica. No en vano, ha sido diputado en varias legislaturas en el Parlament.
La nueva dirección del PP también sumó dos coordinadores generales. Por un lado, María de los Llanos de Luna, diputada en las Cortes y exdelegada del Gobierno en Cataluña, que se encargará de la «acción política» del partido en la comunidad, y por el otro Juan Milián Querol, de perfil joven, pero que ha sido diputado autonómico en varias legislaturas desde el inicio del ‘procés’. Él liderará la estrategia política y de comunicación de los populares catalanes.
Con estos nombramientos, el PP catalán, encabezado por Alejandro Fernández, espera reforzar tanto su estrategia como su implantación te