Riesgo de contagio
también el virus del Ébola», declaró en Instagram. Volvió a quejarse de dolores en la espalda y entumecimiento de las piernas, razón por la que solicitó que acudieran sus médicos, no los de la enfermería del centro penitenciario.
Refiriéndose a la visita de la exespía rusa María Bútina en un reportaje filmado por la televisión pública, señaló que «no hay nada de verdad en lo que han difundido». Bútina le espetó la semana pasada ante las cámaras que la condiciones del penal «son mejores que las de muchos hoteles».
Asistencia médica adecuada
La abogada del político opositor, Olga Mijáilova, sostiene que se enteró de que fue enviado a la enfermería por la prensa mientras, en medio de descomunales medidas de seguridad en torno a la prisión, médicos y activistas acudieron ayer a Pokrov para demandar que se permita que Navalni pueda recibir la adecuada asistencia médica. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo ayer que «será atendido».
La Policía terminó interviniendo y detuvo a una decena de personas entre los congregados junto a la cárcel, una de ellas la doctora Anastasia Vasílieva, líder de la organización Alianza Médica. Por su parte, Julia Naválnaya, esposa del dirigente opositor, envió a la dirección de la colonia un escrito exigiendo que permitan hacer llegar a su marido el documento de identidad, sin el cual, manifestó, «no tendrá derecho a hospitalización fuera de la cárcel ni a optar a permisos» concedidos por buena conducta.
De los 15 reclusos que forman el grupo de Navalni, tres tienen tuberculosis