El trolero
del Centro. Cada ciudad debe ser como ella misma y sus ciudadanos han querido y no copiar unas de otras. Sevilla no tiene que copiar nada de nadie. Sevilla es como es y no puede ser de otra manera. Si puede ser más limpia, más conservadora de sus tradiciones, quererse más a sí misma.
Tratándose de ámbitos frívolos y de asuntos sin importancia, el trolero es personaje que suele suscitar simpatías. Cuando se trata de cosas serias, maldita la gracia: nada hay peor que un mentiroso, por muy atractivo que en otros aspectos se nos muestre. Eso sucede con los políticos en las sociedades más avanzadas, donde la trascendencia de las graves materias que gestionan hace que, quien resulte cazado en una sola trola, quede desacreditado públicamente hasta el punto de su cese. Salvo en España... Aquí gozamos de un elevadísimo preboste político cuya mendacidad roza lo compulsivo y a quien le brota la doblez con tanta desfachatez que algunas de sus intervenciones ya se confunden con lo paródico. Capaz de prometer una cosa y la contraria, sin embargo sorprende que su apoyo electoral y el de su partido prácticamente no mengüen. Como tampoco mengua la comprensión mediática de casi todas las televisiones, siempre tan celosas por perseguir los embustes en personajillos del corazón y la bragueta, pero que se muestran muy complacientes con nuestro querido y seductor Pinocho. Y es que en España somos diferentes también en esto.
MIGUEL ÁNGEL LOMA PÉREZ
La página de clasificaciones publicada ayer en la sección de Deportes recoge por error los encuentros de la próxima jornada que no corresponde. Rogamos disculpen las molestias.