Hazma bin Hussein, el príncipe de los corazones jordanos
saron por alto este duelo entre dos hermanos con raíces en Estados Unidos y Reino Unido. Hamza, a quien su padre llamaba «la delicia de mis ojos», fue heredero a la corona por expreso deseo de su padre desde 1999 hasta 2004, cuando Abdalá II decidió reemplazarle por su hijo como sucesor. Desde entonces no ha ocupado ningún cargo oficial y ha permanecido siempre en un discreto segundo plano del que salió la semana pasada cuando fue señalado como parte de un complot que terminó con su arresto domiciliario y la detención de otras 19 personas, entre ellas un antiguo asesor del Rey. Padre de cinco hijas y de un hijo, fruto de sus dos matrimonios, el exheredero estudió en el Reino Unido y recibió formación en la Royal Military Academy Sandhurst, donde fue uno de los alumnos destacados. Como militar, sirvió en las filas del Ejército de su país en una unidad conjunta con Emiratos Árabes Unidos en una misión de paz en la ex Yugoslavia y después partió a la Universidad de Harvard para finalizar sus estudios. De vuelta en Jordania, Hamza logró una conexión directa con los líderes tribales del país, que siempre le vieron como la viva imagen del rey Hussein, cuya sombra sigue siendo muy alargada. «El exheredero es muy popular. Tiene un gran parecido a su padre y una muy buena conexión con las tribus del país», apuntó la periodista jordana Rana Sweis a la cadena BBC. «Puede que en sus planes estuviera la opción de dar un golpe, pero con este movimiento el gobierno ha logrado anular la amenaza y poner fin a sus aspiraciones», opina el periodista jordano Isam Uraiqat. Este primer pulso entre hermanastros es para Abdala, pero la imagen de Hamza se ha fortalecido y su mensaje contra la corrupción y el desgobierno ha calado en un momento especialmente duro en el país debido a la crisis generada por la pandemia. «La delicia» de los ojos de Hussein, ahora es también el «príncipe de corazones» en la redes sociales en Jordania.
Según QAnon, vamos a convertirnos en Organismos Genéticamente Modificados
IGUEL Bosé es guapo pero cipote. No vamos a ser bobas solo las guapas. Las cosas de Bosé son, y eso es imperdonable en un hijo de Dominguín, pelín vulgares con todo lo que llevamos leído y oído. Lo de las drogas y el sexo salvaje, como no es conmigo, me importa poco. Pero lo de Bambi… ¿Bambi? ¿Cervatillo? Gabato, hombre. El problema no es matar a la madre (que también, los cazadores no matan hembras preñadas), el problema es llamarlo así. Un Bosé paleto es lo último que esperaba.
Mientras no llega su entrega del coronavirus, me tendré que entretener con QAnon. Cuando tu oficina es internet, el mundo es ancho pero chato. Qué caídas tienen los jodíos. Estos también están en contra de las vacunas. Dicen que los vacunados pierden inmediatamente los derechos humanos porque se convierten en Organismos Genéticamente Modificados (GMO). Como si se convirtieran en zombies, un organismo no humano. He visto demasiado ‘En los límites de la realidad’ y me dan envidia tales ocurrencias. Porque me gustaría ser Richard Matheson, que escribió para la serie creada por Rod Serling y también para ‘Star Trek’ (en esta también lo hizo Harlan Ellison). De Matheson son, además, ‘El hombre menguante’ (novela que dio lugar con su propia adaptación a ‘El increíble hombre menguante’) o ‘Soy leyenda’.
Tantos siglos con literatura sobre vender el alma al diablo de manera voluntaria pero remunerada de alguna manera y ahora va a resultar que vacunándonos aceptamos gratuitamente perder los derechos. Ríete de ‘El cuento de la criada’ (se viene la cuarta temporada de este rollazo; bien estaba la novela original de Margaret Atwood, pero no la tabarra que nos están dando a la altura de lo de Rociíto). Con esto de los GMO se puede escribir algo como ‘La mosca’. Pero con millones de moscas. O como ‘Ssssilbido de muerte’, una película más mala que pusieron en ‘La clave’ donde un científico loco convertía a Dirk Benedict en serpiente. Supongo que los GMO serían como los humanos en ‘El planeta de los simios’. Oh, cielos, a lo mejor eso es lo que pasó. Lo que va a pasar.
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