Procesado el cazador de la montería en la que murió un niño
Usó munición prohibida, se salió de su puesto y disparó de forma incontrolada
La investigación por la muerte de un niño de cuatro años de Écija en una montería celebrada el 19 de enero de hace dos años en la finca La Lapa en Guillena sigue dando pasos. El juez ha procesado a Luis A.G., con doble nacionalidad italo-argentina y de unos 60 años, por un delito de homicidio por imprudencia cometido con arma de fuego. Es el cazador que realizó el disparó que acabó con la vida del menor, que se encontraba con su padre, su abuelo y su tío en aquella jornada de caza. A pesar de que el principal investigado ha intentado incluir en la causa hasta última hora al organizador de la montería y al postor, petición que fue rechazada tanto por el instructor como por la Audiencia de Sevilla, como informó este periódico, de nuevo el juez de Instrucción número 16 de Sevilla ha puesto el foco únicamente en Luis A.G.
El juez, después de las pruebas practicadas, expone un relato de los hechos producidos en el «desgraciado accidente de caza» que acabó en la mañana del 19 de enero con la vida de un niño en la finca La Lapa.
La cacería estaba compuesta por cinco puestos de tiro. En el puesto número 1 se ubicaba el investigado, que usaba escopeta y rifles. En un determinado momento del lance, Luis A.G. se salió de su puesto de caza apartándose de dicho puesto hasta la zona más alta del lugar y a «unos 25 metros de distancia del puesto de tiro», incumpliendo «gravemente» la obligación de no apartarse del puesto de caza que le había sido asignado, realizó un disparo «no controlado» hacia la zona en la que se encontraba el puesto número 2 de la actividad cingética. En dicho puesto se ubicaba la familia de la víctima. Ese disparo alcanzó de forma mortal al menor de cuatro años. El proyectil le impactó en la sien y produjo el fallecimiento del niño de forma inmediata. Todo ello debido al disparo mortal «incontrolado» que efectuó el acusado, «que debió siempre ocupar el puesto número uno, se colocó fuera del mismo a una distancia aproximada de 25 metros incumpliendo la obligación de no moverse, detonado con dirección a otro puesto de la misma armada y utilizó además una munición compuesta por ‘postas’, munición prohibida en cualquier actividad cinegética», concluye el juez, que ahora solicita a la Fiscalía y a la acusación, ejercida por la abogada Rosario Serrano, escrito de acusación.
Según el juez, el acusado, de doble nacionalidad italo-argentina, «debió siempre ocupar su puesto»