Hallan una villa romana en una colina de La Palma del Condado
Es difícil creer que aún queden rincones por descubrir en un buque insignia del turismo como la capital de la Costa del Sol. A sólo unos minutos del centro, el castizo barrio de Victoria acoge en su Santuario y bajo tierra un tesoro sin parangón en el mapa del barroco español. La cripta de los condes de Buenavista, en pie desde el siglo XVIII, es una gran desconocida en el itinerario patrimonial de Málaga, del que tuvo que salir por la fuerza en 2018 por los desagües de un baño.
Las filtraciones de unos sanitarios del aledaño Hospital Doctor Pascual han puesto en jaque la extraordinaria iconografía del panteón, un ejemplo único en España del denominado «barroco tétrico» que ahora la Consejería de Cultura tratará de proteger con urgencia. El Parlamento andaluz acaba de aprobar una propuesta de Cs para salvaguardar la cripta y eliminar las fugas que han desprendido las calaveras, esqueletos y guadañas que componen las yeserías decorativas.
El arquitecto Pablo Pastor define con claridad el embolado que ha traído de cabeza al panteón, en el que reposan los restos de uno de los matrimonios nobles más destacados de la época, José Francisco Guerrero y Chavarino y Antonia Coronado y Zapata. «El vecino de arriba ha mojado al de abajo, y el problema es que abajo tenemos un monumento», señala a ABC. Pastor, arquitecto técnico del Obispado, coordinó a principios de año los estudios para determinar el origen de las humedades y tras varias catas se descubrió la fuga en los aseos del Hospital, situados sobre los nichos.
Humedades
La clausura del centro sanitario agravó los desperfectos de la cripta, pues al secarse las sales acumuladas tras años de filtraciones comenzaron a desprenderse los revestimientos y la decoración. Afortunadamente, las humedades solo afectan a la cara norte del monumento, de planta cuadrada y en torno a 72 metros cuadrados. Las yeserías también son recuperables, pero para devolver el panteón a su estado original es necesario arrancar el problema de raíz.
«El Obispado no se va a poner a restaurar sin que haya una solución definitiva», asegura Pastor. La Diócesis ha invertido ya del orden de 60.000 euros en el monumento, entre estudios y soluciones temporales en el interior.
El alcalde de la localidad onubense de La Palma del Condado, Manuel García Félix, visitó ayer una colina situada en la confluencia de los ríos Corumbel y Tamujoso, en término municipal palmerino, donde ya se tenía constancia de la existencia de tumbas y restos de un columbario pero que con la visita de especialistas en la materia se ha constatado que se trata de un enterramiento del siglo IV, de época romana. Además, en una colina cercana se cree que hay una villa romana. Según el Consistorio, lo interesante era saber dónde vivían esas personas allí enterradas y es ahora cuando se sospecha que en un cerro muy cercano al columbario podría haber estado el asentamiento de una villa romana.
García Félix destacó que es una zona situada en un lugar estratégico para las rutas comerciales mineras de entonces ya que «bajaban el mineral hacia la Vereda de la Carne, pasando por esta zona, y cuyo destino serían los puertos de Sevilla y Huelva». De ahí la importancia de esta villa romana que abastecería a los comerciantes de los cultivos de la zona.
El alcalde apuntó que tanto el recinto funerario como el de la villa estarían amurallados ya que existen huellas y elementos que así lo constata. Además en diversos puntos de la zona se puede observar terrenos destinados a canteras, «es lo que vamos a investigar y analizar».
Por último, Manuel García Félix indicó que en otra zona, La Atalayuela podría haber habido un asentamiento de origen turdetano, tartésico, «todavía anterior a este».