TODO IRÁ BIEN
Madrid no votará el 4-M entre derecha o izquierda. Votará entre terraza o árbol
Dejé la carrera de Periodismo en primero porque no leía a ninguno de mis profesores y aquel verano Juan Tapia me ofreció trabajar en ‘La Vanguardia’. Avanzar es sobre todo no retroceder. El candidato Gabilondo ha revelado que la ministra Maroto será su vicepresidenta económica si llega a gobernar. Maroto en Economía es que yo hubiera rechazado la oferta del director de ‘La Vanguardia’ para continuar llevando flores a los difuntos profesores de Bellaterra. Cuando el Hombre consiguió bajar del árbol no trató de volver a subir sino más bien de sentarse en una terraza y pedir un gintónic y las tardes longitudinales en las terrazas de Madrid son hoy la estampa del mejor esplendor de Europa. Con la ministra, Gabilondo ofrece un árbol, porque de la Historia hemos aprendido que sólo el liberalismo del que esta señora reniega generaliza el bienestar; y que su pelotón de igualitaristas suele acabar en pelotón de fusilamiento. Madrid no votará el 4 de mayo entre derecha o izquierda. Votará entre terraza o árbol. Entre la carraca atrasada de los que ya no escriben en ninguna parte y la gran aventura de ser la comunidad europea más brillante de los próximos tiempos. Ninguno de mis profesores de entonces regresó del cementerio, con la excepción de José Manuel Pérez Tornero, a quien Pedro Sánchez ha nombrado presidente de Radiotelevisión Española, con ese gusto que los socialistas tienen por los espectros. Manuel Vicent escribió que Franco no murió en la cama sino atropellado por el 600, y yo digo que Santi Santamaría no falleció en Singapur sino abrumado por la aceituna esférica de Ferran Adrià. La política partidista está bien, y la confrontación de ideas, pero de un modo muy evidente y deliberado Isabel Díaz Ayuso no es la presidenta de los que piensan como ella sino de todos los madrileños, cuyos trabajos, libertades e intereses protege sin importarle si la desprecian; tal como la izquierda está dispuesta a llevarles a la miseria con tal de poder agitar sus mismas banderas de siempre. Lo del árbol no es tan hiperbólico como parece. Los independentistas no sólo no consiguieron la independencia sino que todos los catalanes tenemos hoy prohibidas las cenas.