... Y Antonio volvió a Sevilla
CENTENARIO ANTONIO RUIZ SOLER
Rubén Olmo.
Ballet Nacional de España. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
Antonio, Rubén Olmo, Miguel Ángel Corbacho, Carlos Vilán. Teatro de la Maestranza. Estreno absoluto. 15.04.2021
Antonio ha vuelto a Sevilla. Aquel niño que perseguía los caballos del conde por la calle Santa Clara o que marineaba por el palo de la torre de Don Fadrique, ha regresado a su ciudad a través de su legado. Y lo ha hecho de la mano del Ballet Nacional de España y su espectáculo, «Centenario de Antonio Ruiz Soler», bajo la dirección del también sevillano, Rubén Olmo.
La incertidumbre ha rodeado este estreno. Las recientes normas Covid limitaron el aforo del Maestranza, por lo que finalmente, gracias al esfuerzo de muchos, de la generosidad de otros y de la voluntad de todos, el Ballet Nacional de España pudo estrenar. Destacar el esfuerzo titánico de los trabajadores del teatro que en horas, han recolocado en cuatro funciones a dos mil personas.
Este espectáculo es como si el Prado sacara un Velázquez escondido en sus almacenes desde hace cincuenta años. Había coreografías que no se habían visto en escena desde 1982, cuando Antonio las repuso mientras fue director del Ballet Nacional de España, y son verdaderas joyas. El espectáculo contó con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en el foso, bajo la cuidadísima dirección de Manuel Coves.
El Ballet Nacional de España abrió el homenaje con «Sonatas», una pieza con música del padre Soler creada por Antonio en 1953 y que desde el año 1982 no había vuelto a bailar este elenco. Diez movimientos con influencia de los pasos de la Escuela Bolera y ballet. Con una enorme dificultad técnica la obra es una delicia, realizada con primorosa ejecución, cuidándose mucho el detalle de la colocación de brazos y cabeza, fundamental en este tipo de danza y con enorme dificultad de saltos, giros y piruetas, a la que se añade el toque de palillos. Los bailarines resolvieron con soltura y energía esta coreografía.
«El Vito de Gracia» es una pieza que Antonio y Rosario bailaron en Hollywood en 1944 en la película «Hollywood Canteen» protagonizada por Bette Davis. Fueron Rubén Olmo y Miriam Mendoza sus protagonistas. Este baile es una verdadera joya. Ambos intérpretes le dieron su sello propio, pero se podía ver aquella pareja de Chavalillos Sevillanos en las rodillas a tierra, las vueltas quebradas, aleteados de las manos... además del zapateado.
«Estampas flamencas» de la mano de Miguel Ángel Corbacho que ha realizado la coreografía del Martinete y del Zorongo, tuvo la participación de buena parte de la compañía. Muy buena coreografía de conjunto para lucimiento de los hombres. El zorongo, muy al estilo de los años 40, fue muy bien interpretado por Inmaculada Salomón y Antonio Correderas, con el sabor añejo que le corresponde. Rubén Olmo fue intérprete y coreógrafo del Taranto, una pieza en homenaje a
Manolo Marín. Flamenco y muy inspirado el baile de Olmo, quien lucía los famosos caireles que siempre llevaba Antonio en sus chaquetillas. Y cerrando por Caracoles de Rubén Olmo, una estampa con bata de cola y mantón con el aire de la Casa Coral. Bellísimo el baile de las mujeres, vibrante.
Carlos Vilán fue uno de los últimos bailarines con los que Antonio trabajó, y es el autor de «Leyenda. Asturias» de Albéniz bailado por Esther Jurado. Es una pieza de una enorme elegancia, resaltando la música a través de una coreografía que destaca el escorzo femenino y la riqueza coreútica, con una intérprete intimista, de una enorme fuerza interpretativa e impecables palillos. El gran bailarín sevillano Fran Velasco abordó con maestría y gran técnica el «Zapateado de Sarasate» , un clásico de Antonio que estrenó en 1946 en México. Aplausos rotundos. Y, finalmente «Fantasía Galaica» con música de Ernesto Halffter. Estrenada en 1956, es una de las piezas más importantes de la Danza Española, donde Antonio reinterpreta la muñeira gallega e incluye la Santa Compaña. En esta coreografía se pudo ver la gran técnica y versatilidad del elenco del Nacional para defender todo tipo de estilos.
Una noche en el Maestranza con el Ballet Nacional de España para la memoria de los que amamos la Danza Española gracias a dos sevillanos: Antonio por ser un genio, Rubén Olmo por rendirle homenaje. Una noche que no olvidará Sevilla y que nos devolvió al niño que ensayaba sevillanas en la Academia de Realito: Antonio.
Es como si el Prado hubiera sacado un Velázquez escondido hace 50 años