TRIBUNA ABIERTA
Joaquín Caro Romero (Liricatura)
periódico dedicado a sus libros y a sus datos. Tuvo, decíamos, unos inicios deslumbrantes en la poesía — El tiempo en el espejo, Tiempo sin nosotros— que captaron la atención de los críticos y por los que quedará en la historia de la literatura de la segunda mitad del siglo XX. Por ahí andan varias tesis doctorales y los estudios sobre su obra publicados por José Luis Cano. Después de aquellos años de fulgor y siendo siempre consciente de su exquisitez, parece que se hubiera aburrido de la vanidad literaria y se sentó, entre libros, a esperar que le llegara el Pregón de la Semana Santa de su ciudad. Y llegó. Dicen que cuando lo nombraron pregonero —como vive escasamente conectado al mundo— hubo de ir el Consejo de Hermandades a llamar a la puerta de su casa, como si fuera una tuna universitaria, a hacerle el ofrecimiento ya que no había Dios que diera con él. Como nunca se deja de ser poeta, ahí tiene, inconcluso y cuasi secreto, el Cuadernode las Dueñas, un conjunto de poemas sobre su entorno vital, del que, solo a veces, y con el mismo celo que cuida sus cartas, da alguna muestra. Ahora, de vez en cuando, publica una décima cofradiera donde exhibe virtuosismo y una joyería de vocabulario a las que no están acostumbrados los cofrades. Va por libre, de su casa a la Academia, no frecuenta los corrillos ni asedia a los editores. A veces interviene en algún acto de exalta