Carmen Calvo
RUBIO
La Audiencia de La Coruña obliga al Estado a devolver los bienes incautados en el Pazo de Meirás
La sobreactuación de Calvo en el sainete antifranquista que a mediados de diciembre protagonizó la abogada general del Estado a las puertas del Pazo de Meirás –ceremonia de entrega del llavero de la revancha– puso ya de manifiesto la naturaleza propagandística de la recuperación, todo incluido, de la finca de recreo de los Franco. La codicia ideológica de los reformadores de la memoria, incluida la abogada del Estado que se prestó a la farsa y la juez de primera instancia que guionizó la apropiación, los llevó a quedarse con el contenido de un inmueble cuyo simbolismo les hizo confundir el todo con la parte. Aquella incautación de bienes muebles, más propia del franquismo que dice combatir Calvo que de un sistema de libertades y garantías, se salda de momento con un auto de la Audiencia de La Coruña que no solo obliga al Estado a devolverlos, sino a indemnizar a sus propietarios. Pocas sentencias como la de ayer alertan con tanta claridad contra el autoritarismo, la remezcla de poderes, la violación de derechos individuales y el saqueo. No de Franco, agua pasada, sino de Carmen Calvo y su compañía estable –todo incluido, todas incluidas– de juezas y abogadas de la memoria democrática.