Un equipo de alpinistas revisa la fachada de la Giralda
Especialistas en trabajos verticales estudian cada año el estado de la torre
tauración de los mismos. Debido a los trabajos, la Capilla se encuentra cerrada a las visitas y se han adoptado las medidas necesarias para proteger las pinturas ubicadas en este espacio del Real Alcázar.
Trabajan de día y de noche. Suben las 35 rampas y, al llegar a la bola de la veleta, pasan las cuerdas por un hueco de la balaustrada y se descuelgan a unos cien metros de altura. Son los alpinistas de la Giralda, que todos los años por estas fechas revisan el estado de cada una de las caras de la torre para evitar desprendimientos. El Cabildo Catedral contrata estas labores antes de Semana Santa, cuando se produce una concentración de público importante junto a las paredes de la Giralda, así como en el resto de fachadas del templo metropolitano, de forma que se eliminan riesgos. Este año las tareas han tenido algunas particularidades.
El arquitecto de la Catedral, Jaime Navarro, explica que en 2021 los trabajos han tenido un especial énfasis en la cara norte de la torre, debido a que es la única que queda por restaurar después de que el año pasado se aplazase la intervención a cuenta de la pandemia. Las obras no comenzarán hasta que se reactive la visita cultural a la Catedral, ya que los recursos económicos del Cabildo se destinarán a mantener los empleos, ya que toda la plantilla actualmente está en un ERTE ante la falta de turismo.
«Hay zonas muy inaccesibles en la Catedral y estos trabajos verticales son un trabajo muy práctico», comenta a ABC de Sevilla el arquitecto. En particular, «la cara norte de la Giralda es objeto de especial preocupación, así como la fachada del templo que da a la avenida de la Constitución, por los pináculos y las gárgolas que hay que revisar», indica. Estas revisiones no hay que llevarlas a cabo tan exhaustivamente en el resto de caras de la torre y en las fachadas re
La cara norte de la torre La pandemia obligó al Cabildo Catedral a retrasar la restauración de la última de las fachadas
nacentistas de la Catedral, ya que se han restaurado en los últimos tres años.
Para realizar estas labores, el Cabildo Catedral cuenta con un equipo de profesionales de la construcción —entre los que hay arquitectos técnicos como Jesús Ruiz Ortega— que, a su vez, son alpinistas. Conocen bien los materiales, lo que les permite hacer una evaluación in situ de las patologías que presentan, y hacen fotos para que, posteriormente, el arquitecto puede analizar el estado de conservación de cada zona. En pareja, se descuelgan desde las alturas pese a la complicación de hacer los amarres de las cuerdas. En las caras sur, oeste y este de la torre se han dejado una serie de anclajes que facilitan «enormemente» estos descuelgues. «Es un sitio especialmente comprometido, no como en el resto de fachadas de la Catedral, donde la piedra es robusta y no hacen falta puntos de anclaje», explica Jaime Navarro.
Las labores de revisión de las fachadas de la Catedral y la Giralda son fundamentales, sobre todo hasta que se reinicien los trabajos de restauración. Además de la intervención en la cara norte de la torre, también quedó parada el año pasado la obra de la parroquia del Sagrario.