La derecha alemana cierra la disputa para suceder a Merkel
La elección de Laschet abre la posibilidad de que los Verdes sean favoritos en septiembre
drogas, su pasado médico y la tardía actuación pudieron ser factores determinantes. La acción agresiva del entonces policía pudo ser exigida por las circunstancias de la detención, defendió Nelson.
Conmocionó al mundo
La acusación rebatió esos puntos y exigió a los jurados que no olvidaran lo que vieron sus ojos: un vídeo que conmocionó al mundo en la primavera pasada y que provocó una oleada de protestas y tensiones raciales dentro y fuera de EE.UU. Entre ellas, exigencias de cambios profundos en la Policía. Algunas de ellas, radicales, como los llamamientos a «abolir» la Policía. Otras, más extendidas, pero mal vistas por los sectores moderados del electorado demócratas y por algunas comunidades en exclusión, como los «recortes» a la Policía. Casi ninguna ha fructificado. La ley de reforma policial impulsada en la Cámara de Representantes por la mayoría demócrata, que lleva el nombre de Floyd, está atascada.
«Culpable», «culpable», «culpable». Fue un veredicto alcanzado de forma exprés, en poco más de diez horas de deliberación, que significa, para una parte de un país muy polarizado, una esperanza del trato justo que tarda mucho en llegar.
Los dos partidos conservadores alemanes, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el hermano menor bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU), cerraron ayer definitivamente el proceso de sucesión de Merkel, que ha dado como resultado un discutido liderazgo del presidente de la CDU, Armin Laschet, con menos tirón electoral del que desearía el partido pero que garantiza una línea centrista y de cierta continuidad. «Empezamos un nuevo tiempo y por eso la canciller que ha guiado exitosamente a este país durante los últimos 16 años, crisis tras crisis, no ha intervenido en esta decisión», justificó Laschet ayer la ausencia de Merkel en el proceso de designación del próximo candidato electoral, al tiempo que restablecía la unidad, tanto dentro de su partido como entre las dos formaciones políticas. «Somos partidos hermanos, un fenómeno único en la política alemana que ha aportado a través de las décadas estabilidad a nuestro país y que es motor de modernización», dijo, prometiendo sobre el que ha sido su principal rival en la lucha por la candidatura electoral que «Markus Söder jugará un importantísimo papel en el futuro de la política alemana, consultaré con él diariamente, siempre que sea posible, para acordar los pasos y lograr conjuntamente las metas».
Pero tras estos imprescindibles gestos de unidad, Laschet no perdió más tiempo y comenzó directamente a hacer campaña para las generales de septiembre, señalando líneas de acción en la lucha contra la pandemia que pasan por mejorar la efectividad de la campaña de vacunación y lanzando sus primeros mensajes a Europa. «Estoy firmemente convencido de que a Alemania solo le va bien si a Europa le va bien», pronunció una frase heredada de Merkel con la que sella el compromiso alemán con las políticas de reconstrucción, «a los grandes retos que enfrentamos solo podemos dar una respuesta europea». Citó incluso a uno de los padres fundadores de la Unión, el francés Jean Monet, y llamó a Europa a «brillar en el mundo» como ejemplo de excelencia y humanidad. De puertas adentro, su principal mensaje fue que «la polarización nos daña como país, mi objetivo es reunir a diversas personas y grupos en torno a ideas y obje