Un ridículo mundial
Florentino Pérez ha fallado con estrépito en la gestión de un proyecto frágil y que se ha comunicado fatal
Nació con prisas, mal y tarde, y murió igual, triste adiós a una aventura efímera que ha tenido en vilo al planeta fútbol y cuyo mayor mérito ha sido movilizar a los líderes políticos más poderosos del mundo, que según cómo se mire no es poca cosa. El fútbol todo lo mueve y 12 tiburones se propusieron plantar cara al poder de la UEFA, convencidos de que sus escudos, y sus cuentas bancarias, pesaban más que cualquier otro argumento. Se puso al frente de la nave Florentino Pérez, empeñado en esta Superliga desde años ha, y el trompazo ha sido morrocotudo, un ridículo mundial que dejará una herida muy difícil de sanar y que condena al presidente del Real Madrid. En 48 horas, y sin tiempo a que nadie le cogiera ni una pizca de cariño, adiós a la Superliga europea de fútbol, hasta otra.
Llegados a este punto, y sin apenas tiempo para digerir todo lo acontecido, llama poderosamente la atención la fragilidad de un proyecto que parecía solvente y que se ha quedado en humo. Detrás de la Superliga había una idea, cada cual que juzgue libremente si era buena o no, pero nada sustancial, un brindis al sol que desde el principio apestaba a órdago para reclamar más dinero, principio y fin de todo este debate. A estos clubes, después de esta derrota tan estrepitosa, apenas les queda margen para negociar con la UEFA o con quien sea, si bien es cierto que será necesaria una reflexión y algún que otro café para que las entidades más poderosas del fútbol y los estamentos que lo rigen lleguen a un pacto, a un acuerdo o lo que sea. Principalmente para evitar otro episodio similar.
La Superliga engañó a casi todos y se le concedió todo el foco que requería una noticia de ese calibre, qué menos. Los mejores equipos del planeta en una competición nueva, con una lluvia de 7.000 millones de euros para repartir, formato moderno, estrellas frente a frente cada miércoles... El fútbol ratificado como el gigantesco negocio que es con unas consecuencias devastadoras para los torneos domésticos y para la Champions, la niña mimada de la UEFA y de la que los díscolos querían huir porque consideran, no sin parte de razón, que se lucran gracias a sus activos. Pero, en realidad, en esta Superliga no había ni web oficial de categoría, se constituyó con un comunicado chusco en la madrugada de domingo a lunes como quien escribe un word para su jefe, Florentino Pérez puso voz al proyecto con nocturnidad en ‘El Chiringuito’ y los argumentos expuestos desde el inicio han sido siempre muy vagos. Para que algo así triunfe, lo primero es comunicarlo debidamente y camelar al personal con una puesta en escena arrolladora, seducir a una afición que desde el inicio se ha sentido excluida de lo que se cocinaba en los despachos, pero que, al menos en Inglaterra, ha hablado en la calle y ha reventado la pomposa Superliga de Florentino.
Nació con un comunicado cutre y solo le puso voz Florentino en un programa de madrugada