El acusado sabía que al descargarse los archivos los compartía con otros usuarios de la red
Segunda sentencia en contra en apenas cuatro años para un vecino de Sevilla. La Audiencia Provincial ha vuelto a condenar a Miguel Ángel A.P., que está a pocos días de cumplir 55 años, por un delito de pornografía infantil. Esta vez tendrá que pasar cinco años en prisión y ocho inhabilitados para cualquier profesión que conlleve contacto directo y regular con menores.
El 30 de junio de 2017 este sevillano fue condenado, en sentencia firme, como autor de un delito de difusión de material pornográfico infantil. Entonces, la pena fue de dos años de prisión, que le fue suspendida por período de cinco años, aunque consta fecha de remisión definitiva el 30 de junio de 2019.
Sin embargo, meses antes, a finales de febrero de 2017, el Juzgado de Instrucción número uno de Sevilla autorizaba la entrada y registro en el domicilio del acusado en la capital andaluza. Miguel Ángel A.P., de nuevo, se situaba en el foco de una investigación policial por hechos idénticos a los que ya había sido condenado.
La juez instructora también autorizó el análisis del contenido de un teléfono móvil y tarjeta de memoria, dos discos duros y una consola ‘Play Station’, todo ello propiedad del acusado e intervenido en el referido domicilio durante el registro.
En la tarjeta de memoria, de dos gigas de capacidad, situada entre el teléfono y su funda, en los archivos borrados, se pudieron recuperar tres vídeos de contenido sexual, apreciándose en algunos de ellos la participación de menores de edad.
«Evidentes conocimientos»
En el disco duro, en sus archivos borrados, se localizaron 19 fotografías en las que aparece una niña desnuda mostrando sus genitales de forma sexualizada. También se localizó la aplicación ‘Emule’ para descargar y compartir estos archivos en las redes, y la aplicación ‘ Tor Browser’, usada por quien navega en la red para descargarse archivos de forma anónima imposibilitando dejar rastro, lo que evidencia los conocimientos informáticos del acusado.
En este mismo disco duro se localizaron 14 fotografías de menores mostrando sus órganos genitales y en una de ellas un menor con el pene de un adulto introducido en la boca.
En los archivos borrados, otras 12 fotos de las mismas características.
Según el tribunal que ha juzgado a Miguel Ángel A.P., el acusado era plenamente consciente de que al descargarse los archivos mencionados los compartía con otras personas. El pasado día 6 este mes de abril, el acusado estaba citado para sentarse en el banquillo de la Audiencia de Sevilla. Al inicio del juicio, la Fiscalía y la defensa anunciaron al tribunal un acuerdo de conformidad, reconociendo Miguel Ángel A.P., reincidente, los hechos.
Por tanto, en una sentencia firme y facilitada a este periódico por la oficina de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, la Audiencia lo ha condenado a cinco años de cárcel por un delito de pornografía infantil.
Además, el acusado será inhabilitado para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores de edad durante ocho años. Se le impone, asimismo, la medida de libertad vigilada durante seis años una vez salga de la prisión.
Desde el inicio de la pandemia del Covid-19 este tipo de actuaciones delictivas se han incrementado. Si en 2019, según la última Memoria de la Fiscalía Superior de Andalucía publicada, cada semana del año se detenía en Sevilla a una persona por pornografía infantil y se lleva a cabo un registro domiciliario. Estas cifras en 2020 se verán incrementadas, pues la Fiscalía detectó más de una treintena de casos sólo en medio año con motivo de la pandemia.
Fue condenado en 2017 y se le suspendió la pena de cárcel, pero en 2019 volvió a caer en manos policiales