España donará 7,5 millones de vacunas a América Latina
La donación empezará cuando en España se alcance el 50% de población vacunada
España donará entre el 5% y el 10% de las vacunas adquiridas a lo largo de todo 2021 a los países de América Latina. Así lo anunció ayer Pedro Sánchez durante su intervención en la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Andorra. En su intervención, el presidente del Gobierno cuantificó esta donación en unos 7,5 millones de dosis. Sánchez planteó este anuncio como muestra de su compromiso al acceso «equitativo y universal» a las vacunas.
España articulará esta donación a través del mecanismo Covax que impulsa la Organización Mundial de la Salud. Y con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud para organizar la distribución en función de las necesidades de cada país. El presidente del Gobierno ha dejado claro que esta donación empezará a ponerse en marcha «cuando España llegue al umbral del 50% de la población española vacunada». En los hitos del Gobierno, en la semana del 19 de julio se debería llegar a 25 millones de personas vacunadas. Así que para entonces ese mecanismo debería estar arrancando.
El anuncio de Sánchez se produce en un contexto en el que los países americanos del club están denunciando la desigualdad en el acceso a la vacuna. «Me preocupa que muchos países de bajos ingreos no han recibido ni una sola dosis», había denunciado ubo un tiempo en que Fidel Castro era la estrella de las cumbres Iberoamericanas. El viejo guerrillero –y gran dictador– tenía la costumbre de no confirmar, hasta última hora, su asistencia a estas citas ‘made in Spain’. La incertidumbre y el interés que despertaba ‘el comandante’ en los periodistas –muchos de ellos lo idolatraban– eran temas recurrentes que ocupaban la agenda mediática. Con y sin Fidel, los mejores espa
Hminutos antes António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, que denunciaba que se esté produciendo un «nacionalismo de vacunas». Esta crítica fue absolutamente transversal a lo largo de las dos jornadas. «Son politicas de acaparamiento de los países más desarrollados», dijo por ejemplo el mandatario de República Dominicana, Luis Abinader. «Los países ricos han comprado más de la mitad de las vacunas cuando solo representan el 16% de la población», denunció Luis Arce, de Bolivia. Son solo algunos ejemplos de una crítica que fue absolutamente generalizada. España era clacios de los periódicos eran suyos. Andrés Manuel López Obrador y finalmente Nicolás Maduro, amagaron con un juego similar en Andorra. Lo patético del caso es que sus intervenciones iban a ser telemáticas y no de cuerpo presente. Esto es, en modo plasma –y plasta– total. Aún así, se fueron antes de entrar. Con otro estilo hicieron lo mismo el tirano Daniel Ortega (Nicaragua) y el populista Nayib Bukele (El Salvador). Ironías de la historia, Miramente interpelada por esas voces. Y se enmarca el anuncio de Sánchez en la intención de reforzar «el compromiso del Gobierno con el acceso universal a la vacuna». Fuentes gubernamentales señalaron que no descartan que estas entregas puedan extenderse a otros lugares. Pero a la vez el Gobierno piensa en los equilibrios dentro de España. Por eso la decisión de dejar claro que el proceso de donación no arrancará hasta que la mitad de la población española esté inmunizada.
Estas fuentes explican además, que «bajo ningún concepto se altera el calendario» planteado por el presidenguel Díaz-Canel, que como Maduro nunca se había estrenado en estas cumbres, acudió al bautismo internacional más cómodo que pudiera imaginar.
La decisión de la Segib (Secretaría General Iberoamericana) al invitar a un presidente de facto que no reconoce la mayoría de sus países miembros, en lugar de a Juan Guaidó, provocó la ausencia, coherente, de Jair Bolsonaro y del presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez. La burla de Maduro, que anunció contra reloj que el micrófono lo empuñaría Delcy Rodríguez, quizás, fue su modo de hacerle una peineta al brasileño y al paraguayo, ausentes, finalmente y por su culpa, sin causa real. De paso, también pudo ser un modo de sacarle la lengua a Iván Duque (Colombia), a Sebastián Piñera (Chile) y a te del Gobierno, que se ha comprometido a alcanzar durante el mes de agosto el 70% de la población vacunada. En el Gobierno dicen ser sensibles a las voces de estos países, pero a la vez defienden la plataforma Covax de distribución de vacunas «porque representa un hito» en la colaboración multilateral. España y Portugal comparten ese enfoque universal respecto a la importancia en el acceso a la vacuna, pero lo cierto es que son también sus políticas de compras las que están siendo cuestionadas, ya que han adquirido más vacunas de las que necesitan por número de población.
Lenin Moreno (Ecuador), los presidentes que se despacharon ayer con más claridad y trasparencia contra el régimen de Caracas.
A los jefes de Estado y presidentes que se conectaron, les convencieron para hacerlo, con la promesa de que Maduro hablaría el último al establecer un orden alfabético de intervenciones (por países) en la edición más corta de la historia de las Cumbres. Lenin Moreno supo poner el dardo más doloroso en la palabra: «¡Qué pena que se haya incorporado a esta cumbre a la delegada del gobierno de Maduro que no cumple ni la ética política, ni el buen Gobierno, ni mucho menos el respeto a los derechos humanos». Lástima no escuchar la réplica pero el tiempo es oro y Delcy (y Ábalos), lo sabe.