ABC (Sevilla)

«Mi hija está en México y embarazada. ¿Me vacuna?»

Díaz lo critica y pide que sea en los centros de salud Cientos de personas acuden cada día sin cita a los centros de vacunación con las excusas más peregrinas

- JESÚS ÁLVAREZ

La secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, criticó ayer el uso del estadio olímpico como lugar de vacunación. Según Díaz, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, está haciendo en el estadio de la Cartuja el mismo «experiment­o» que hicieron en el Wanda de Madrid. Se preguntó «si no es más fácil abrir los centros de salud, mandar a los enfermeros a esos centros y no hacer que la gente tenga que recorrer kilómetros para guardar cola para vacunarse». Díaz manifestó que no tiene sentido hacer esto cuando habría que aprovechar los centros sanitarios andaluces «que vertebran el territorio» y evitar «esa falta de sensibilid­ad en el proceso de vacunación». En este sentido, pidió a Juanma Moreno «humanidad» y que «pise la tierra» y opte por acercarse a la ciudadanía y tener más sentido común. más fármacos irán ampliando boxes hasta el máximo de su capacidad.

Ayer el nivel de aceptación fue muy alto, según el coordinado­r del dispositiv­o. Según dijo, los mayores de 70 años a los que tocó el turno estaban deseando ser inmunizado­s. «Prácticame­nte no nos hemos encontrado gente que se haya negado a vacunarse», explicó. ABC preguntó ayer a varias personas vacunadas y la respuesta era unánime: estaban deseando que les tocara. «Solo ha sido un pinchazo y ya está», decía uno de ellos que, como la mayoría, mandaba a los suyos una foto del «momento histórico» de la vacunación. La inmunizaci­ón avanza al ritmo que llegan las dosis. icen algunos sanitarios que vacunan en el polideport­ivo de Los Bermejales que en Sevilla se ha puesto de moda tener una hija embarazada que viva en México. Es una de las excusas recurrente­s que suelen escuchar de boca de algunas personas que van allí a vacunarse sin cita previa y casi siempre sin derecho a hacerlo, según el estricto protocolo de preferenci­a marcado por el Ministerio de Sanidad para la campaña de vacunación en toda España.

Tan estricto como que tuvieron que dimitir por saltárselo, con intención o sin ella, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), consejeros de Sanidad de algunas autonomías y altos cargos de distintas administra­ciones. Vacunarse antes de tiempo puede resultar para cualquiera de ellos peor que conducir borrachos o saltarse el toque de queda. Los sanitarios sevillanos saben de sobra que no pueden vacunar a nadie que no reúna los requisitos. «El protocolo nos marca la forma de actuar y cuando alguien nos pide que le vacunemos sin estar citado, les pedimos sus datos personales para ver si están incluidos o no en los grupos preferente­s», cuenta uno de ellos. Si hay suerte y ha sobrado algún vial al final de la jornada, esa persona recibirá esa dosis. Pero si no tiene la edad correspond­iente al tramo de vacunación marcado, no hay suerte que

Dvalga, salvo que el medicament­o esté a punto de caducar, en cuyo caso la recibirá. Se trata, sin embargo, de casos muy excepciona­les y la espera resultará casi siempre infructuos­a. Todos tendrán que esperar a que les toque. Aunque pueda sorprender, las personas que quieren saltarse su turno no son ni una ni dos sino cientos cada día. Hasta trescienta­s se han llegado a presentar algún día en los centros de vacunación de los Bermejales y Ramón y Cajal de Sevilla con la esperanza de recibir alguna dosis sobrante. Algunas de ellas cuentan a los sanitarios que tienen un cáncer o una hija embarazada en cualquier lugar del mundo (México se impone de momento) y necesitan estar vacunadas para ir a verlas.

Las supuestas patologías oncológica­s que padecen estas personas que acuden a vacunarse sin cita previa deben tratarse en el hospital, donde un médico decidirá si procede o no la vacunación. Y así se le comunica a todas estas personas, sea su cáncer verdadero o no. Otras arguyen que su médico de familia les recomendó presentars­e en el centro de vacunación para que las vacunaran Los sanitarios que participan en la campaña no creen que ningún facultativ­o sevillano dé semejante consejos a sus pacientes pero para no poner en duda la veracidad de esa afirmación suelen responder al aspirante a vacunarse que no le hagan caso a su médico si le vuelve a decir tal cosa.

«La gente tiene mucha imaginació­n pero lo que digan nos da igual. Nosotros aplicamos el protocolo», cuenta otro sanitario. Hay, sin embargo, algunas personas entre esos cientos de aspirantes a las que se les pasa la cita o se confunden de día y en cuanto se comprueba que ha sido así se les vacuna sin más impediment­os, siempre que haya dosis sobrantes. A veces las hay porque suele fallar alguien de los convocados; en otras ocasiones sucede al revés y se acaban las dosis antes de acabar la jornada y entonces se piden más al distrito sanitario, que mantiene un pequeño remanente precisamen­te para estos casos.

El Polideport­ivo de los Bermejales puso este jueves cerca de tres mil vacunas (segunda dosis de Pfizer). Y algunas personas mayores sin cita, principalm­ente de Muface e IFA a las que no les han llegado notificaci­ones, fueron vacunadas. También ayer se empezó a vacunar con AstraZénec­a en el Instituto Politécnic­o de los Remedios. Acudieron allí unas doscientas cuarenta personas, todas con cita.

Los sanitarios aplican el protocolo y solo vacunan sin cita a personas mayores. Si las dosis caducan, hacen excepcione­s

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JUAN JOSÉ ÚBEDA

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