«He perdido agilidad, pero estoy en mi mejor momento»
LUIS YBARRA e perdido agilidad. Ya no toco como antes, pero estoy en mi mejor momento. Mi familia está ilusionada con este concierto que daremos junto a la ROSS en el teatro de la Maestranza el sábado. Están involucrados y eso me da alegría. Yo he tenido que adaptar una obra escrita en los años 90 para dos guitarras para que la interprete la orquesta. Ha sido un trabajo duro y de muchas horas, pero es que, de verdad, estoy en un buen momento. Ilusionado, con proyectos y tocando con una conciencia que solo debe dar la madurez. Escucho la ‘Suite Sevilla’ que hice con José María Gallardo y, siendo la misma, esta nueva versión con el director Manuel Bustos suena diferente. Me quedo alucinado al compararlas. Ha pasado el tiempo y algunos pasajes me cuestan más, pero he
« Hconstruido una guitarra solista a la medida de mi edad y de mis posibilidades. Con toda mi esencia. Pulso y matizo más. Tengo más peso y me conozco a la perfección.
¿Albéniz? ¿Su ‘Iberia’? Eso me cambió la vida. Mi gran amigo Eduardo Rodríguez, también guitarrista, me trajo a casa esa música hace muchos años y yo me quedé prendado. Tiré de la manta y descubrí a fondo a Falla, a Granados, a Turina..., y de ahí pasé a Chopin, Mozart, Bach y todos esos. Cuando ya me lo escucho todo, compongo ‘Suite Sevilla’ en el mismo formato que ‘Suite Iberia’, con tres piezas en cada cuaderno y doce números. Ahora la considero un clásico dentro de mi carrera. Un proyecto al que no se le ha prestado demasiada atención, por eso estoy contento de recuperarlo y de renovarlo. El público, los medios y la gente en general deben conocerla, porque es una de mis obras más importantes y difíciles de defender en un escenario. Lo clásico aporta ornamentos y acordes que respiran de lo popular y el flamenco una gran expresividad. Eso es el nacionalismo musical del que yo bebo y el cual he tratado de desarrollar siempre.
¿Qué hubiese sido de mí sin la guitarra? Estaría muerto. Este es mi mundo, con ella estoy todo el día, frente al público y a solas. Me ha salvado la vida, me tranquiliza, me ocupa, me ayuda... Gracias a ella, también, puedo sentirme profeta en mi tierra. Recuerdo que me vine de Madrid a la sierra de Huelva a recuperarme, a hacer ejercicio, a levantarme, y después me vine de nuevo a Sevilla, mi tierra. El cariño que recibo aquí de mis familiares, amigos, compañeros y seguidores me llena de agradecimiento. Mis vueltas, entre una cosa y otra, siempre han sido accidentadas. Pero ahí está ya mi último disco en el mercado, ‘Herencia’, que ha estado esperando muchos meses por la pandemia. Además, tengo otros ya compuestos para más adelante, por eso digo que estoy en un momento muy prolífico. Aún no he encontrado la tranquilidad necesaria para pintar y para leer, que son dos actividades que me encantan, pero camino por ahí lleno de ánimo. Con eso me basto».