Sánchez se la juega a una carta y el PSOE aún espera una contienda muy igualada
Los socialistas preparan el escenario posterior al 4-M con un relato pendiente del equilibrio de fuerzas en la derecha ante la posibilidad de que Vox gobierne
esde que el Gobierno lograse aprobar a final de año los Presupuestos Generales del Estado la política española vive en un punto de inflexión que no acaba nunca. «La legislatura de verdad empieza ahora», se repite de una forma u otra. Pero el tiempo pasa y primero las elecciones catalanas y luego los repentinos comicios madrileños han abierto un paréntesis, un tiempo de incertidumbre retroalimentado con la falta de acuerdo en Cataluña para armar un nuevo Govern independentista.
Estos escenarios políticos deberán entrelazarse con el fin de la campaña de vacunación. La combinación de todos estos elementos determinará tras el verano si la legislatura tiene visos de prolongarse o si suenan los tambores del adelanto electoral. Y lo que suceda hoy no es neutral en ese sentido. El Gobierno de Pedro Sánchez afronta este martes como un todo o nada. Trasladando hasta las últimas horas que el vuelco es posible, pero reconociendo en privado y de forma tácita en público que el bloque de la derecha va por delante. No obstante, hasta bien entrada la tarde de ayer, el mensaje es que no hay nada decidido y que existen posibilidades de desbancar al PP: «Nuestros números salen bastante igualados», decían en la sala de máquinas del PSOE. Donde se aferran a la idea de un resultado ajustado de difícil pronóstico, dibujando prácticamente un empate técnico que las empresas demoscópicas no detectan y que solo aparece en el CIS.
La campaña del PSOE no ha funcionado, y los sondeos han ido ofreciendo un paulatino desgaste de sus resultados que, salvo sorpresa, los situará hoy en su peor resultado histórico en la Comunidad de Madrid. Pero en el partido
Dque Vox pueda entrar en el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Si esa hipótesis se confirmase activaría el relato de La Moncloa y de Ferraz donde entienden que ese pacto dificultaría las aspiraciones de Pablo Casado por abrirse al centro del electorado. Los sondeos publicados estas semanas, también el CIS, apuntaban a que este martes decenas de miles de madrileños que votaron al PSOE en las últimas generales optarían ahora por la papeleta del PP. Los socialistas se muestran «sorprendidos» por esos datos que estiman parte de un proceso «muy madrileño». Un dirigente experto en demoscopia consultado al respecto explica que «lo más probable es que se trate de una parte de los votantes que en su momento nos llegaron de Cs, aunque no fueron muchos».
Por eso, una de las claves hoy si la derecha suma es cómo puede sumar. El último sondeo de Gad 3 para ABC señalaba que Isabel Díaz Ayuso podría ganar sumando más escaños que las tres fuerzas de izquierdas juntas. Al margen de la mayoría absoluta, ese es el escenario que más le interesa al PP porque a la actual presidenta le bastaría con la abstención de Vox para mantenerse en la Puerta del Sol. Y sería más factible que lo pudiera hacer con un Gobierno monocolor, sin incorporar a Vox. Si eso sucede, a la derrota electoral los socialistas tendrían que sumar la pérdida efectiva del comodín de Vox como elemento de activación de sus bases y de presión al PP.
No obstante, tanto dirigentes socialistas como populares consultados se muestran escépticos respecto a que este flujo de Ciudadanos al PP se vaya a repetir con tanta intensidad en el resto de territorios. A eso se aferra el PSOE, pero reconociendo en cualquier caso que «lo que no va a suceder es lo contrario». Se abre un tiempo nuevo en el que lo que suceda hoy, junto a cómo se afronten las negociaciones respecto a las reformas pactadas con Bruselas, que amenazan con tensionar la coalición, pueden cambiar drásticamente la legislatura.
El 4-M, el pacto en Cataluña y las reformas pactadas con Bruselas marcarán la legislatura
En el PSOE creen que el trasvase masivo de Cs al PP será menos contundente en otras regiones