Abascal releva al portavoz y busca una línea más exigente con Moreno
Manuel Gavira sucede a Hernández en Vox para endurecer su estrategia de oposición
El grupo parlamentario de Vox cambia de cara y endurece su estrategia en Andalucía. En la destitución de su portavoz, Alejandro Hernández, al que ayer le comunicaron su relevo fulminante –y horas después se difundía a través de una nota de prensa– hay mal de fondo. En la dirección nacional, bajo el mando de Santiago Abascal, no estaban satisfechos con la oposición que venía liderando en los últimos meses. Le reprochaban que fuera poco exigente en su relación con el Gobierno de coalición del PP y Ciudadanos y que no ha sabido aprovechar los acuerdos que firmaba con el bipartito. Según indicaron a ABC fuentes del partido, «Moreno Bonilla no es Ayuso». El presidente andaluz tiene un perfil moderado y transversal, mientras que la líder madrileña es liberal a ultranza y no rehúye los charcos. Por tanto, la estrategia de Vox también debe ser distinta.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la reciente proposición de ley pactada con los otros grupos que sustentan el Ejecutivo para bajar los impuestos cedidos por el Estado. Dentro del partido creen que el acuerdo, consultado con la dirección nacional, ha sido un cheque en blanco a la Junta que no se ha sabido rentabilizar. Hernández había manifestado a personas de su confianza que desde Madrid le estaban pidiendo que fuera «más duro» y reivindicativo en su reclamación de un adelanto electoral, porque Ciudadanos «no es un socio fiable».
Desde Madrid quieren marcar un perfil propio y diferenciado de cara a la batalla electoral que se convocaría, como muy tarde, dentro de año y medio, aunque Vox va a seguir insistiendo en que deben adelantarse los comicios autonómicos. Para encabezar esa nueva etapa el grupo parlamentario, de acuerdo con la dirección nacional, ha elegido al abogado gaditano Manuel Gavira, que compaginará la portavocía con el puesto de secretario tercero de la Mesa del Parlamento andaluz. Es una situación inédita hasta ahora en la Cámara, pero no son cargos incompatibles. Eso sí, cobrará un único complemento. Gavira será la tercera cara visible que tiene el grupo dos años y medio, después de Hernández y el juez Francisco Serrano, que pasó de encabezar la candidatura del partido para presidir la Junta a dimitir de todos sus cargos. Serrano dejó la política y volvió a la abogacía un mes después de que el TSJA abriera diligencias contra él por un supuesto fraude de subvenciones.
El relevo de Hernández, que se ha enmarcado dentro de una reorganización más profunda del grupo, tiene otras motivaciones internas. En una organización jerarquizada y férreamente centralista como Vox no veían con buenos ojos el protagonismo y la autonomía con la que se desenvolvía. La salida airada que protagonizó con aquel «a tomar por culo» con el que se marchó del Pleno en un rifirrafe con Marta Bosquet tampoco le granjeó simpatías en el partido. La dirección de Sevilla se había mostrado crítica con su labor. Creen que Gavira es más disciplinado a la hora de tomar decisiones y crear equipos. «No queremos baronías», apuntan. En la nota emitida, Vox agradecía al diputado cordobés su trabajo y dedicación en la portavocía del grupo, donde seguirá ejerciendo sus funciones en varias comisiones parlamentarias. La reestructuración del equipo de Vox se completa con la designación del diputado por Sevilla Macario Valpuesta como presidente del grupo en sustitución de Gavira. El granadino Francisco José Ocaña relevará a Eugenio Moltó como secretario general.
En un partido jerarquizado y centralista no veían bien el protagonismo y autonomía de Hernández