ABC (Sevilla)

El chófer oficial de la Faffe llevaba al exdirector a «sitios de lucecitas»

El conductor de la fundación de la Junta, sobre Villén: «Si tiene esa debilidad...» Una joven de 18 años pierde un riñón tras ser apuñalada por su ex

- A. R. VEGA J. J. MADUEÑO MÁLAGA

Fernando Villén Rueda, el exdirector de la Faffe, la extinta fundación para formar a los parados, abonó 32.566 euros en cinco prostíbulo­s con tarjetas de crédito oficiales del organismo de la Junta de Andalucía. No era el único recurso público que utilizaba en sus visitas a Don Angelo o La Casita, clubes de Sevilla a los que se desplazaba en coche oficial. Quien fuera conductor en la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo, Faffe, Juan Carlos Carrillo Morillo, declaró ayer en el Parlamento que llevó «varias veces» a su jefe a «los sitios de lucecitas», como se refirió a estos burdeles. «Me decía déjame en esta esquina y recogéme en esta esquina», aseguró ante la comisión de investigac­ión creada en la Cámara autonómica para depurar las responsabi­lidades políticas por el uso de tarjetas oficiales para fiestas y copas en estos locales de ocio para adultos. «No pienso preguntarl­e a él ni a ningún jefe dónde va. Si tiene esa debilidad, no es mi vida. Lo que él haga con su vida no es cosa mía», contestó a la diputada del PP Ana Vanessa García cuando esta le preguntó sobre los traslados de Villén a estos establecim­ientos y le recordó el uso de fondos públicos. Según la Guardia Civil, el ex alto cargo socialista no repuso estos gastos con dinero de sus cuentas corrientes personales, como él declaró. Un jurado popular será el que lo juzgue por la presunta utilizació­n irregular de varias tarjetas bancarias.

La diputada de Cs, Teresa Pardo, insistió en preguntarl­e por estos desplazami­entos a puticlubs concretos. Carrillo señaló que no los conocía y que «si me dice déjame cerca, lo dejo». «No tengo que saber dónde va», añadió. A la hora de recogerlo, relató que se «daba un paseíto» y se «fumaba un cigarro», hasta que lo llamaba. «No creo que sea grato estar esperando», contó. La hora de recogida podía oscilar entre las 23.00 y las 0.00 horas.

El antiguo club de alterne sevillano Don Angelo anuló cargos en la tarjeta oficial por importe de 14.737 euros efectuados horas antes a través del terminal de punto de venta, después de que Villén mandara a su chófer al prostíbulo para entregarle un sobre con dinero entre la noche del 22 de marzo de 2010 y la madrugada del día siguiente. Ese día el entonces presidente de la Junta, José Antonio Griñán, remodeló su gobierno del que salió, entre otros, el consejero de Empleo del que dependía la Faffe, Antonio Fernández.

Sobre este asunto, el antiguo chófer de la Faffe contó en el Parlamento que «jamás se me ocurriría preguntar qué había dentro del sobre. No tengo que saber que es lo que hay dentro». Se lo entregó a «una persona fuera que me está esperando». «No es problema mío, es problema de él», aseguró.

Un jefe «discreto»

Carrillo empezó con un contrato de dos meses de obras y servicios en 2003, que se convirtió en indefinido. En mayo de 2011, cuando la Junta disolvió la Faffe, pasó a ser personal subrogado del Servicio Andaluz de Empleo. No hizo amistad con Fernando Villén, pero lo retrata como «una persona bastante discreta que no habla ni de su familia».

Tras el chófer, compareció el exconcejal socialista de Jerez de la Frontera y extrabajad­or de la Faffe, Francisco Camas, quien se acogió a su derecho a no declarar ante la comisión porque el juez José Ignacio Vilaplana investiga, entre otros, su contrato en la entidad. Un concejal del PSOE en Jerez perdió una demanda que puso al PP por llamarle «enchufado» de la Faffe.

La agresión del exnovio fue tan brutal que la chica ha perdido hasta un riñón. Una joven paraguaya de 18 años está en estado grave en Benalmáden­a, después de que quien fue su pareja durante dos años la apuñalara con saña el pasado martes. La mujer presentaba en el cuerpo hasta una decena de pinchazos, repartidos por la cabeza, cuello, abdomen o la espalda.

El asalto se produjo la media noche del jueves al viernes. Los dos jóvenes se citaron en el portal de Arroyo de la Miel, en Benalmáden­a, donde reside el varón, que es un marroquí de 24 años. Según Diario Sur, habían quedado por una pequeña deuda de la chica con su exnovio, cuando al llegar la atacó por sorpresa.

Una vecina oyó la discusión en el portal y fue quien alertó a los servicios de Emergencia­s. Más tarde, cuando ya había consumado el apuñalamie­nto, el propio agresor llamó para decir lo que estaba ocurriendo. Rápido acudieron los servicios sanitarios, así como la Policía Local y Nacional, que hallaron a la chica ensangrent­ada.

La joven tenía al menos una decena de heridas de arma blanca en la cabeza, el cuello, el torso, las manos o la espalda. Tras estabiliza­rla, fue evacuada en estado grave al Hospital Clínico Universita­rio Virgen de la Victoria. Más tarde, debido a la gravedad de su estado de salud, fue llevada al Hospital Regional Carlos Haya de Málaga, donde permanece ingresada.

Fuentes consultada­s señala que la joven fue intervenid­a por un equipo de neurociruj­anos por los daños en su cabeza. La chica también habría perdido un riñón como consecuenc­ia del ataque. Se encuentra en estado grave en la unidad de cuidados intensivos (UCI) a la espera de evolución. El último reporte, ofrecido por la Policía Nacional aseguraba que estaba «estable» y que ha sido intervenid­a dos veces.

El presunto agresor fue detenido por la Policía y trasladado inicialmen­te al Hospital Costa del Sol de Marbella, ya que había sufrido cortes en las manos durante el ataque. El Juzgado de Instrucció­n 3 de Torremolin­os, competente en materia de violencia sobre la mujer, acordó ya este viernes el ingreso en prisión provisiona­l, comunicada y sin fianza del agresor,

El detenido está investigad­o por la presunta comisión de un delito de tentativa de homicidio y se ha acogido a su derecho a no prestar declaració­n.

Declara que llevó «varias veces» a Villén a los clubes de alterne cuyos servicios cargaba a tarjetas de la Faffe

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ABC Juan Carlos Carrillo (primero por la izquierda), ayer en la comisión parlamenta­ria que investiga a la Faffe

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