ABC (Sevilla)

«Si he venido desde tan lejos es para ser el número uno»

Vuelve a las arenas españolas el emperador del toreo. La gran figura peruana del ruedo y la taquilla reaparece el 15 de mayo en Córdoba con una clara ambición: mandar en la Fiesta

-

«Paso mucho miedo, pero si estoy dispuesto a morir, ¿cómo me van a asustar otras cosas?» La cruda reflexión de Andrés Roca Rey (Lima, 1996) bombea entre las ruinas romanas de Itálica al son de las notas de Hans Zimmer y Lisa Gerrard. Vuelve a la arena española la máxima figura de los ruedos y la taquilla, vuelve el emperador del toreo, que reaparece en Córdoba el próximo 15 de mayo. Con la arrogancia de los grandes de la Fiesta y la sencillez del hombre de calle, pisa el anfiteatro entre laureles de épica y gloria del ‘Gladiator’ del siglo XXI. «¿Cuántos hombres habrán caído aquí?», se pregunta el torero que más se acerca al filo de la muerte, que no es otra cosa que «la vida al límite». Mientras otea el precipicio de una fosa con el lema de la fuerza y el honor, se ajusta la montera, negra como su chaquetill­a de dragones de fuego. «Si he venido desde tan lejos, si he venido desde el Perú, es para incendiar esto, para medirme con todos y para ser el número uno», sentencia. Bajo un abrasador sol, la mirada del limeño se pierde en ese cielo donde arden las faenas de pasión: «Sin ellas, la vida sería muy insípida».

—¿Cómo era el Roca que se vio obligado a parar en San Fermín de 2019 y qué Roca veremos en mayo de 2021?

—La persona es la misma y la ilusión del torero es igual o mayor. Quizá la diferencia sea la sabiduría y la experienci­a que da el tiempo.

—El calendario del dique seco suma 675 días. ¿Cómo pasa el tiempo al otro lado del telón de acero?

—Al principio con muchas dudas. Cuando empezó la pandemia, usted fue la que me dio la noticia de la suspensión de la Feria de Valencia. A partir de ahí hubo de todo, mucha incertidum­bre, momentos de bajón, de no querer saber nada de nada. Me sentía hastiado, con momentos de tristeza por la gente que estaba muriendo y, también, por no ejercer mi profesión, por estar encerrado. Luego se suspendió Ronda. Me preguntaba: ¿qué hago yo aquí entrenando si no voy a torear? Pasé días muy tristes, pero desde enero mi ilusión ha crecido y ya no me ha afectado tanto que se cancelen las ferias. Estoy deseando que llegue Córdoba. Ahí va a ser.

—¿A qué huele este 15 de mayo?

—A una tarde bonita, en la que pueda vaciarme y sacar de dentro todas mis vivencias desde que dejé de torear en 2019, todos esos sufrimient­os, esos sacrificio­s por la lesión, por los golpes mentales... Te caes cuando te dicen que no vas a torear y otra vez subes cuando piensas que vuelves ya. Todos esos altibajos, esas experienci­as, me van a servir para entregarme con más ganas.

—¿Se conforma con ser figura o quiere mandar en el toreo?

—Uno siempre cree que se va a conformar con las metas primeras, pero cuando vas llegando a ellas, aspiras a más. Está claro que funcionar en el mundo del toro es muy bonito, pero a lo que yo aspiro, a lo que vine desde el Perú, es a ser un número uno. Cuando era niño y salí de mi casa, dejé muchas cosas. Aparte de que me vine porque me gustaba la profesión, sentir y torear, dejé todo porque también quería mandar en la Fiesta. Si no hubiese sido tan ambicioso, me hubiese quedado en el Perú para ser figura en mi país, pero vine a España a cumplir un sueño mucho mayor.

—Es el rey de la taquilla y las entradas de su regreso se agotaron antes del aumento de localidade­s. ¿Reconforta? —Es bonito cuando se acaba el papel, con esas ganas del público por ver una tarde y, sobre todo, cuando ves que la mayoría es gente joven, con la que me siento identifica­do. Ojalá pudiésemos ver un ‘No hay billetes’ de verdad.

—La restricció­n de aforo le impedirá ver el coso lleno. ¿Cree que hay discrimina­ción en la entrada con respecto a otros espectácul­os culturales?

—Yo no soy Sanidad para decir si está bien o mal, pero sí es verdad que hay un desequilib­rio que no entendemos. No me puedo mojar ahí, no soy un profesiona­l sanitario. Quizá lleven razón, pero no sé si el toro tenga algo que ver con otras cosas o si el traje de luces sea el que pueda contagiar a la gente más que un traje de cualquier otro espectácul­o...

—¿El que más llena es el que más cobra?

—El que más llena tiene que ser el que más cobra, pero no porque le guste más el dinero que a otros, sino porque el caché tiene que ir acorde a lo que un torero genera y consigue. Los momentos van llegando, van pasando y hay que ser inteligent­e para aprovechar cada uno de ellos.

—¿Qué echaba de menos?

—He extrañado las emociones, el miedo y mi profesión en general. Aunque vaya a tentaderos, estar en contacto con el toro, el público y las plazas es totalmente diferente.

—¿Inspira más un estado de alegría o de pena?

—Es una mezcla de ambos. Cuando estoy feliz me siento más a gusto, sale todo mejor, pero para llegar a ese momento de felicidad en la plaza estoy completame­nte seguro de que hace falta haber sentido antes la dureza y la tristeza. Así te apasionas más. Desde siempre mi filosofía de vida es vivir al límite. Hacer todo al cien por cien.

—¿El arte del toreo merece la vida de un hombre?

—Hay veces que merece todo y hay veces que crees que no merece nada. Cuando estoy a gusto e ilusionado, me doy cuenta de que sin el toreo la vida sería insípida. No sé si es porque llevo desde chiquitito toreando o porque no haya nada que me apasione más. En el toreo se habla mucho de la vida, de la muer

‘Gladiator’

 ??  ?? Andrés Roca Rey, con la montera calada y el capote en el hombro, posa en el anfiteatro de Itálica
Andrés Roca Rey, con la montera calada y el capote en el hombro, posa en el anfiteatro de Itálica
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain