Una gran noticia desde Madrid tras un serio varapalo
La derrota del Movistar Estudiantes confirmó la permanencia matemática en la ACB del Coosur Betis, arrollado por un devastador Barcelona
El Coosur Betis logró la permanencia matemática tras cumplirse una de las dos variables que contemplaba la jornada. Necesitaba ganar al Barça o bien que el Estudiantes cayera en su pista, contra el Monbús Obradoiro. Se cumplió esto segundo. Con los jugadores verdiblancos ya en el vestuario tras la dura derrota que les recetó el conjunto azulgrana se conocía la noticia que llegaba desde el WiZink Center, que la continuidad del Betis en la Liga Endesa dejaba de ser virtual para serlo con todas las de la ley. A Joan Plaza, exigente como pocos, le habría gustado que el objetivo se materializara venciendo al Barça, pero no fue posible.
El Betis se vio superado en todo momento por la fabulosa escuadra de Jasikevicius, que no se toma un solo partido a título de inventario y es una roca. Tras el 21-21 del primer cuarto se concibieron ciertas esperanzas, pero nada de eso. Fue un espejismo. Se puso serio el Barça, cortocircuitó al Betis, sacó el mazo y acabó con todas las opciones del anfitrión en diez minutos con un rotundo parcial de 4-33.
Comenzó el Betis un tanto contemplativo, con un puntito de frialdad en todas sus acciones completamente contraindicado para medirse el Barça. El resultado de tan legañosa puesta en escena fue un 8-17 que incluyó dos triples y ocho puntos de Abrines. Pidió tiempo muerto Plaza para ajustarlo todo y hacer reaccionar a su equipo. La entrada de Campbell, Ndoye y Ouattara le sirvió para que el reloj lo despertara. Tras el 8-18 de Mirotic desde el tiro libre, la verticalidad de Campbell y su visión de juego zarandearon al Coosur Betis, que se apretó las clavijas en defensa, usando las manos, colapsando la pintura y mostrándose mucho más agresivo. Con Pau Gasol en pista, Ndoye no se achicó, sino todo lo contrario. Un triple de Campbell, que cayó con nieve y con la bocina del cuarto tronando, colocó el esperanzador 21-21 del cierre del primer acto que ni mucho menos presagiaba la tromba que llegaría de inmediato.
Al tiempo que comenzó la lluvia en Sevilla, empezó a jarrear en San Pablo. Con espíritu casi marcial activó el Barça la maquinaria y trituró al Betis, que en todo el segundo cuarto sólo metió una canasta de campo, ¡una!, y fue obra de Randle cuando se avecinaba el descanso. Sucedió que el Barcelona
COOSUR REAL BETIS
Randle (8), Feldeine (-), Almazán (2), Spires (9), Jordan (16) -quinteto inicial-; Kay (2), Borg (-), Magassa (2), Ouattara (3), Torres (-), Ndoye (8), T. J. Campbell (8).
F. C. BARCELONA
Calathes (8), Westermann (5), Abrines (20), Mirotic (9), Davies (4) -quinteto inicial-; Bolmaro (10), Smits (7), Oriola (8), Pustovyi (6), Gasol (6), Kuric (12), Claver (14).
ÁRBITROS E INCIDENCIAS
Aliaga, Zamorano, David Sánchez. Sin eliminados. Trigésima sexta jornada de la ACB. Palacio de los Deportes San Pablo. Antes del partido se homenajeó y se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Satur, ‘la abuela del Caja’. Sin público. elevó muchísimo el nivel defensivo, que el Betis no vio la forma de atacar al acorazado azulgrana, que el tiro exterior no le funcionaba, que se enredó en pérdidas que propiciaron contraataques, que Kuric estaba la mar de fino desde el perímetro y que, para colmo, hubo dos o tres acciones que pudieron ser objeto de falta contra el Barça no sancionadas. Plaza se desesperó, recibió una técnica y, al poco, la peor noticia del partido: Feldeine, anulado por Calathes y Claver, se resbaló en la pintura y tuvo que retirarse a los vestuarios sin poder apoyar. Las primeras exploraciones no son para ser optimistas. Al intermedio, todo eran malas noticias en San Pablo (25-54).
Trámite
Con el partido visto para sentencia y la preocupación añadida generada por el estado físico de Feldeine, interesaba mucho más lo que sucediera en la cancha del Movistar Estudiantes. Una losa de 29 puntos pesa mucho en el ánimo, muchísimo, pero no quedaba otra que resetearse, competir en cada jugada y plantear un encuentro de veinte minutos. La cuestión, con el partido roto, era comprobar qué podría hacer el equipo sin Feldeine, que no jugó más. El Betis se refugió en una defensa zonal y en ataque intentó ser agresivo. Los problemas continuaron, pero al menos no jarreaba tanto como en el segundo parcial, que fue definitivo. La capacidad triplista del Barcelona seguía intacta. Esa hemorragia no la cerraba el Betis. Negados los perimetrales ante la canasta (4/25 en triples al acabar el partido), Jerome Jordan asumió los tiros del equipo y absorbió casi toda la producción ofensiva. Finiquitado el tercer cuarto, el Betis caía de treinta (47-77). Sin Jordan en la cancha, quien asumió sus funciones fue el otro Jerome, Randle. Algunas canastas de mérito logró en aclarados, pero el bagaje era insuficiente porque no acompañaba el juego colectivo ni defensivamente lograba el Betis atorar al Barça, un martillo percutor. La motivación de la tropa de Plaza fue decayendo aún más hasta desaparecer completamente. El técnico verdiblanco hizo alguna prueba defensiva y le dio carrete al joven Magassa, pero el equipo bajó los brazos. El Barcelona, a golpe de triple, agrandó aún más la brecha, hasta más allá de los cincuenta puntos, y continuó apretando defensivamente hasta el último instante de un partido sin historia que dejó al Betis esperando la resolución del choque en Madrid para, al fin, convertir su permanencia en matemática.
Feldeine se lastimó en una mala caída y las pruebas médicas determinarán el alcance de su dolencia