Arrozúa buscará en Asia el arroz que faltará en Sevilla
La cooperativa arrocera se verá obligada a importar unos 50 millones de kilos de arroz para atender a sus clientes
ALGO a verte por mayo, la yerba a la cintura y los trigos con alma de bieldos y granero. Por los altos hinojos de los caminos largos, el yerbazal, sin orden, esconde las cunetas, y el caracol repite su anual ejercicio de equilibrio en los tallos, sin salir de su oído. Ya no queda una rama sin vestir en el campo; ni hay árbol que no ande contándose los frutos. En el pinar, al lejos, allí donde el romero guarda olor infinito de Cruces y de Corpus, se levanta de pronto, reclamando nobleza lo celeste del lirio, qué elegancia, qué gracia. Salgo a verte por mayo y te huelen tus carnes a muchacha que estrena pubertad y deseo; y en la luz que se alarga olivares adentro, hay adornos de trama que sueñan aceitunas.
Ha pasado la lluvia colgándote mantones estampados de nubes, mantones que tenían colas de mil caballos de flecos que arrastrabas cuando el viento que vino te envolvió en su locura. Salgo a mayo contigo, y en tu mano florida están claras las rayas de la buenaventura: tus lunas se encaminan a partos abundantes, y si nada ni nadie te oscurece los días, te van a faltar pechos para tanta lactancia. Quisieron engañarte los días infernales que hicieron de la espiga amago de pabilo, pero te has rociado, te has sacudido vientos, y regresas a mayo marceando en las luces que habrán de coronarte, fecunda Pachamama. Encinta ya de todo, todo dentro te suena. Eres una gran carpa donde crecen las uvas, y crecen las ciruelas y engordan las sandías; eres la tienda abierta que ha montado La Mano, para que la sabrosa belleza se repita y los días se queden rezagados, mirando el bodegón que luego enmarcará el verano. Ya te estás preparando para darte del todo, como siempre te diste, con belleza y provecho. Y por eso te cruzo admirado por mayo, y agradezco tu mano generosa y sencilla.
Santoniogbarbeito@gmail.com l pasado jueves, el sector del arroz sevillano se concentraba en Isla Mayor para protestar por la escasa dotación hídrica concedida para la próxima campaña de riego, que obligará a los agricultores a poder cultivar sólo la mitad de la superficie arrocera.
Con este pronóstico, la cooperativa Arrozúa asume la campaña «más difícil de su historia», pues aunque esta situación de pérdida notable de hectáreas ya había sucedido anteriormente en el sector, «para la cooperativa es la primera vez que tendremos que renunciar a sembrar la mitad de nuestra superficie por falta de agua», lamenta el gerente, Antonio Llopis.
Arrozúa, que representa a unos 800 socios de la zona arrocera de la marisma sevillana, es una de las cooperativas de referencia en el sector. Desde 2008 está considerada, incluso, la más grande de España, con más de 13.000 hectáreas pertenecientes a sus socios.
Esta empresa concentra el 40% del total de arroz que se produce en Sevilla, aunque su cosecha ha ido cayendo en los últimos años debido «a los problemas que llevamos padeciendo los agricultores con el agua». Y es que
Eel 24% de las 12.500 hectáreas que se cultivan en Arrozúa se sitúa en la margen derecha del Guadalquivir, donde el arroz se riega íntegramente con agua del río, a diferencia de los arroceros de la margen izquierda, que lo hacen con agua de pantano.
De hecho, si la media de la cooperativa está en una cosecha de alrededor de «cien millones de kilos de arroz cáscara», aunque con picos productivos que han alcanzado «hasta los 130 millones de kilos», en los últimos años «nos hemos movido por debajo de los 90 millones de kilos debido a la mala calidad del agua con la que regamos».
Al problema «enquistado» de la salinidad, en esta campaña se suma que la falta de agua «nos va a quitar, de inicio, la mitad de nuestra producción, por lo que a priori calculamos que nos moveremos entre los 40-50 millones de kilos de arroz». Una circunstancia que obliga a la cooperativa a «tener que acudir a otros orígenes para comprar esos otros 40-50 millones de kilos que nos harían falta para atender a nuestros clientes», avanza Antonio Llopis.
La cooperativa señala que está mirando a varios países de Asia para comprar ese arroz que «por las circunstancias actuales no podremos sembrar en La Marisma», insistiendo en que «buscaremos un grano que sea lo más parecido posible en cuanto a calidad al arroz largo que se cultiva en la provincia».
El objetivo que se ha marcado Arrozúa es «no dejar desabastecido a ningún cliente». No obstante, aunque son conscientes de que puede haber «alguna renuncia» al no aceptar este arroz importado, la cooperativa ha iniciado ya una ronda de contactos para «explicar, con total transparencia, la situación real y subrayar que la procedencia de la mitad del arroz que suministraremos no será el municipio de Isla Mayor».
Arrozúa exporta en cada campaña entre 15 y 20 millones de kilos de arroz blanco, yendo el 90% al Reino Unido, siendo ésta también la primera campaña tras el Brexit. «Otra incógnita más que sumar a esta particular campaña», apostilla el gerente de la cooperativa.
La cooperativa espera poder contar con una cosecha entorno a 40-50 millones de kilos de arroz cáscara