La Nasa culpa a China de la caída descontrolada de su cohete
Los restos del cohete más grande de China cayeron ayer a las 5.24 hora peninsular española en el Océano Índico, con la mayor parte de sus componentes destruidos al reingresar a la atmósfera terrestre, según confirmaron los medios estatales chinos.
Las coordenadas dadas por los medios estatales, citando a la Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada de China, situaron el punto de impacto del Larga Marcha 5B en el océano, al oeste del archipiélago de Maldivas. Este cohete había despegado el pasado 29 de abril con la misión de poner en órbita la futura estación espacial china, Tianhe.
El máximo responsable de la NASA, Bill Nelson, hizo público un comunicado en el que critica duramente la gestión que hace China de estos cohetes. «Está claro que China no está cumpliendo con los estándares responsables con respecto a su basura espacial», afirmó Nelson. «Es fundamental que China y todas las naciones y entidades comerciales con viajes espaciales actúen de manera responsable y transparente en el espacio para garantizar la seguridad, la estabilidad y la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior», añadió.
La preocupación generada por este cohete era sobre todo por su gran tamaño. Con un cuerpo cilíndrico de 31 metros de longitud y 20 toneladas de masa, algunos científicos temían que algún fragmento pudiera alcanzar la superficie de la Tierra.
Con la mayor parte de la superficie terrestre cubierta por agua, las probabilidades de que el área poblada en tierra fuera golpeada eran bajas, y la probabilidad de lesiones incluso menor, según los expertos. Pero la incertidumbre sobre la descomposición orbital del cohete y la incapacidad de China de emitir garantías más fuertes en el período previo al reingreso alimentaron la ansiedad.
La agencia espacial china ha recibido numerosas críticas por su dejadez a la hora de gestionar estos cohetes. Aunque no hay una normativa internacional, la práctica habitual es diseñar sistemas de control de la reentrada en la Tierra, como propulsores que permitan establecer una trayectoria, para objetos de más de cinco toneladas.