Ilógica analógica
Yolanda Díaz amenaza por carta a las entidades financieras que recurren a los ERE y cierran sucursales
Hay que andar muy escasos de sensibilidad para aceptar la normalidad de los despidos de un sector financiero que mediante los ERE suelta lastre humano mientras se repone del bache pandémico e incrementa su beneficio, en parte cosechado a través del floreciente mercadillo de las comisiones. Hay que andar muy cortos de coherencia y muy sobrados de demagogia, en cambio, para pregonar las virtudes de la transformación digital, salmodia de progreso, y a la vez cuestionar las consecuencias de un cambio de modelo derivado, dentro y fuera del sector bancario, de la crisis que las herramientas electrónicas de la comunicación y el comercio provocan desde hace más de una década en el consumo. Al enviar cartas amenazadoras a CaixaBank y BBVA por el rigor de sus ajustes de plantilla, Yolanda Díaz despliega ante su gente el escudo social y, junto a los pellizcos de monja podemita del FROB, sale en defensa de los que se quedan atrás, pero a costa de hacer campaña contra sí misma y desmochar el mantra digitalizador del Ejecutivo que vicepreside y colorea con sus conjuntos. Intervenido de facto por las regulaciones, al sector bancario solo le faltaba la intervención analógica y paradójica de sus sucursales. Cuando acabe con lo de la reforma laboral, Díaz puede empezar a encargar sellos de caucho, máquinas de escribir, papel autocopiativo y teléfonos de rosca y baquelita. Tenían unos colores preciosos.