ABC (Sevilla)

Nadie conoce a nadie

- ANTONIO BURGOS

A los nuevos ministros no tenemos el gusto de conocer.

Ni nos suenan de nada

ME gustaría ser de Puertollan­o, como Paquiño Correal, para conocer al menos a alguien del nuevo Gobierno: a la alcaldesa de mi pueblo. A quien el resto de los españoles, como a todos los nuevos ministros, no tenemos el gusto de conocer. Ni nos suenan de nada hasta que los dio a conocer Sánchez. ¿De qué es ministra la alcaldesa de Puertollan­o? Pues como todos los demás nuevos: de Sánchez. Tienen carteras: en todas pone «Sánchez». Hoy prometerán el cargo ante el Rey. Y digo prometer porque no creo que ninguno jure, ya que en esa ceremonia han quitado hasta el Crucifijo y la Biblia, que antes figuraba junto a la Constituci­ón.

Cada cual sacará sus consecuenc­ias, pero yo extraigo dos bolas de esta lotería de nuevos ministros:

1.- Que todo esto confirma que de Sánchez no se puede uno fiar.

2.- Que a Sánchez, como a todos los mediocres, le hace falta tener alrededor a gente que no le haga sombra, para que él destaque más y se pueda apuntar todos los tantos.

Un ejemplo: cuando nos creíamos que Iván Redondo era el todopodero­so gurú que le decía a Sánchez

Fe de ratas

cuándo tenía que decir una cosa y cuándo otra, cuándo debía subirse en el Falcon y cuándo bajarse, quita hasta al propio truchimán de este retablo de las maravillas de Maese Pedro y saca nuevas marionetas para que pueda manejarlas en la pipirijain­a del titirimund­i que lo único que quiere es permanecer en el poder, pactando con separatist­as y con antiguos etarras, sin que nadie se le suba a las barbas ni se le ponga flamenco con la funesta manía de pensar de otra forma. Y sustituye a Iván Redondo con uno que se llama como el segundo apellido de Paco Cervantes, Bolaños, al que tampoco teníamos el gusto de conocer absolutame­nte de nada y que era como el Vice Iván de La Moncloa, especialis­ta por lo visto en el españolísi­mo «quítate tú, para ponerme yo».

¿Y Carmen Calvo? ¿Dónde me dejan lo de Carmen Calvo? Nunca escribí que lo mejor de Carmen Calvo es su hermano, el historiado­r y novelista que tantos libros de éxito y de sabiduría ha dado a las prensas. Nos creíamos que Carmen Calvo hablaba por boca de Sánchez y a va resultar que las pamplinas las decía ella solita por su cuenta. ¿Qué va a ser de nosotros los articulist­as ahora, sin tener frase alguna genial de Carmen Calvo para comentar, con lo mal acostumbra­dos que nos tenía desde que era consejera en la Junta, antes de su irresistib­le ascensión a Madrid?

¿Y Ábalos, que nos creíamos que era el verdadero autor de la política de Su Sanchidad, como lo llama con todo acierto Carlos Herrera (óle, líder)? Pues Ábalos no era nada. A todos los han dejado agarrados con la brocha y les han quitado la escalera. Hay que ser muy mala persona, como Sánchez, para echar de una tacada a todos los leales y quedarse con una colección de perfectos desconocid­os para manejarlos. Lo que no sé es si ahora se pondrán a funcionar las puertas giratorias para buscarles acomodo y no pierdan el pan de sus niños. Permanezca­n atentos a la pantalla.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain