Susana Díaz cierra etapa en el PSOE sin arrepentirse «de nada de lo que he hecho»

Más que nunca Zapapedro, la mixtura entre uno y otro. Pedro Sánchez ha resultado un discípulo tan aplicado de Zapatero, en versión aumentada, que acaba de proceder a imitarle incluso liquidando a los colaboradores más próximos para traspasar el poder al sanchismo de biberón, o de segunda generación. Del sanchismo al pedrismo, lo ha llamado alguien, que es como llamar lo mismo de dos maneras distintas y añadirle el plus de poder ser caprichoso. El PSOE soy yo. Y la corte observa cada gesto mínimo para proceder en consecuencia: ayer todos acudieron a cumplimentar a Bolaños mientras Ábalos quedaba en sus soledades. La crisis de gobierno es otro acto de audacia del personaje, esta vez contra los suyos. Veremos si le sirve. Ha eliminado sin miramientos a quienes le han estado haciendo el trabajo sucio y los afectados se lo han tomado a mal. Volaron cuchillos durante el traspaso de carteras. Más vale que tenga formas de compensar o hacerlos callar, porque le conocen tanto que son peligrosos.

La expresidenta de la Junta y aún secretaria general del PSOE andaluz se despidió ayer ante el Comité Director del partido, reivindicando su gestión en la oposición y asegurando que no se arrepiente «de nada de lo que he hecho».