Estamos en la fase de llegar al pico y de ahí no nos bajamos
Confundir a un médico con un político es un error de lo más común. Le pasó a la propia Margarita Robles, capaz de diferenciar a un juez de un ministro, cuando trató a Simón como un genuino profesional de la casta. Ahí sigue el experto que dejó la pandemia a la altura de un resfriado, al punto sanchista, como la carne. Ya sin credibilidad, el propagandista de la superación y el anunciante de la normalidad sobrevive a cualquier crisis. ¿Destituciones? Un caso o dos.